Un accidente técnico ocurrido en el vuelo de LATAM Airlines, que cubría la ruta Sidney –Auckland-Chile, dejó saldo de una persona en estado grave y cerca de 50 lesionados. Los heridos, hasta el momento sin peligro para la vida, fueron atendidos por los servicios médicos de emergencia en la ciudad neozelandesa de Auckland. Allí se produjo el aterrizaje, según lo programado, y ya esperaban 7 ambulancias y varios vehículos de respuesta rápida.
Aunque la aerolínea chilena dio declaraciones oficiales a la cadena CNN, no especificó cuál fue el evento técnico o sus causas. No obstante, reportes indican que se produjo un movimiento repentino, arrojando a los pasajeros por la cabina. De acuerdo con medios locales, el avión perdió altitud cuando sobrevolaba el mar de Tasmania y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad. El vuelo estaba compuesto por 263 pasajeros y 9 miembros de la tripulación.
Ante las inconveniencias que este accidente provocó, LATAM airlines confirmó que está brindando ayuda a los pasajeros afectados por la suspensión de la continuidad del vuelo. Para ello dispusieron de un servicio de alimentación y alojamiento para los viajeros y tripulación. Esta ruta de vuelo es una de las más populares entre los inmigrantes latinoamericanos cuando viajan a sus países de origen.
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Accidente de avión, ¿una simple casualidad?
La aeronave en cuestión se trató de un Boeing 787 Dreamliner, según indicó la compañía aérea. Es este el segundo accidente que se reporta en el año que involucra a este modelo de fabricación estadounidense.
Ante la inexplicable turbulencia, la Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte de Nueva Zelanda indicó que se encuentra recopilando información antes de anunciar si se abrirá o no una investigación oficial. Igualmente las autoridades chilenas pudieran iniciar sus investigaciones si se califica el hecho como un accidente en espacio aéreo internacional.