Javier Milei representa para algunos argentinos el Trump de su país. Polémico, contestatario, y hasta calificado como “raro”, el mandatario es cada día más cuestionado. Eso, al punto de que las “tensiones” en Argentina no paran de crecer, y el ambiente es de protestas y de disgusto ante una serie de decisiones que, si bien no resultan del todo sorpresivas, no dejan de ser perjudiciales, según la percepción de quienes se manifiestan.
Milei prometió acabar con la casta. Más o menos fue el lema político con que convenció a millones de argentinos de que él era la persona ideal para «enderezar» la Argentina tras los fracasos del Kirchnerismo. Otros, no lo tenían tan claro, pero la abrumadora mayoría se impuso y el León pasó a gobernar el país, casi de la misma forma en que se había labrado su camino a la victoria.
A esta hora es noticia que Milei celebró un «milagro económico», cuando anunció en la noche de este lunes un superávit financiero en el primer trimestre de 2024. «Es el primer trimestre con superávit financiero desde el año 2008, debe enorgullecernos como país», dijo en un mensaje por cadena nacional, que implicó que la programación habitual de las señales de televisión y radio se interrumpieran para ofrecer la palabra del jefe del Estado.
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Argentina: Milei «celebra» entre protestas
Contrario a lo que pudiera parecer, las palabras de Milei desencadenaron no pocas críticas, y la furia de miles de ciudadanos que sienten, no solo que nada ha mejorado, sino, todo lo contrario. De hecho, según RT, políticos opositores y periodistas aclararon de inmediato que el equilibrio fiscal es ficticio, ya que se basa en el recorte de gasto público, en especial la caída del 35 % en las jubilaciones, junto con la paralización casi total de la obra pública.
Por si fuera poco, este martes la comunidad educativa tomó las calles. Eso, en protesta a los ajustes de Milei, cuyo recorte presupuestario a los centros de altos estudios los ha dejado casi al borde de la paralización. “La marcha, que se prevé multitudinaria, cuenta —además del respaldo de la comunidad docente y estudiantil de las universidades públicas— con apoyo de entidades privadas como la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), Torcuato Di Tella (UTDT) y San Andrés (UdeSA), que anunciaron sus adhesiones”, refirió Página 12.