Para 2024 el Centro de Pronósticos Climáticos de Estados Unidos prevé una temporada de huracanes muy activa en el Océano Atlántico. Desde el 1 de junio y hasta el 30 de noviembre los especialistas presumen que se podrán esperar entre 17 y 25 tormentas. Además, cuatro a siete pudieran alcanzar el grado más alto de huracán en la escala Saffir- Simpson.
Las causas para esa actividad superior en la temporada de huracanes responde a diversos factores. Por un lado, el calentamiento de las aguas del Océano Atlántico, con temperaturas récord. Sumado es ello, los efectos del fenómeno La Niña y la reducción de los vientos alisios del Atlántico, hacen de este un año particularmente riesgoso.
Ante esta situación uno de los principales mensajes es la necesidad de estar preparados en todo momento. Estadísticas confirman que en los últimos años el peligro de los huracanes no solo radica en el fenómeno meteorológico en sí. También incluye riesgos adicionales como tornados, inundaciones, desplazamientos de tierra y granizos.
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2024: un año de activo peligro de huracanes
Coherente con las predicciones, el Centro Nacional de Huracanes de la nación norteamericana monitorea en la actualidad tres áreas de perturbaciones climáticas que amenazan con evolucionar a sistemas tropicales.
Especial atención demanda la perturbación ubicada en el Caribe, misma que presenta lluvias y tormentas desorganizadas que pudieran tornnarse más serias a su llegada al Golfo de México durante el fin de semana Las otras dos potenciales amenazas se localizan en el Atlántico Oriental, cerca de las Islas de Cabo Verde y en el Atlántico Central, a mitad de camino entre la costa oeste de África y las Antillas Menores. Sin embargo, estas aún presentan un lento desarrollo.
El contexto de tres formaciones de manera simultánea responde a que septiembre ha sido históricamente el mes más activo dentro de la temporada de huracanes del Atlántico. La correcta educación de la población para enfrentar eventos meteorológicos de gran dimensión ha representado en los últimos años la vía más segura para salvaguardar la vida. Cada año la Cruz Roja organiza talleres para informar y asesorar sobre el mejor comportamiento ante estos fenómenos.