El Real Madrid siempre vuelve, o casi siempre para no ser absolutos. El equipo merengue solo escucha los acordes de la Champions League y activa su modo “bestia europea”. No importa si se está debajo por uno o más goles, si la eliminatoria parece acabada o si apenas queda un minuto de partido. Mucho menos si el rival es Manchester City, Juventus, Liverpool, Barcelona o Bayern de Munich como en la noche del martes.
Mientras mayor es la entidad del rival, más grande es el tamaño de la gesta. Son tantas las “machadas” de los blancos en el torneo que las escenas alcanzan para toda una saga de filmes holliwoodenses. Únicos en alzar cinco Copas de Europa de forma consecutiva y tres sucesivas en la era Champions, regresos impensados, remontadas dantescas y 14 estrellas hablan por sí solas. Con el Madrid de por medio el pitido final del árbitro se vuelve eterno para los oponentes.
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Champions League: Se decide en la «Casa Blanca«
El duelo de ida de semifinales entre Bayern de Múnich y Real Madrid sirvió de adelanto para lo que se espera sea un partido de proporciones épicas en el vuelta del Santiago Bernabéu. Fueron tres partidos en uno. El primero fue una muestra de la pegada madridista para irse al descanso con ventaja pese al dominio apabullante del local. El segundo dio cuentas del orgullo de un Bayern que golpeó cuando menos se esperaba para remontar. Y el tercero fue el clásico sufrimiento blanco que tras rozar la agonía se convirtió en éxtasis con otro titánico empate en el peor de los escenarios.
Fueron 90 minutos de supervivencia para ambos conjuntos. Era como si se repitiese la historia de cuartos ante el City de Guardiola. Un Bayern arrollador en ataque y un Madrid abonado a sus defensas y al portero. Pero al minuto 24, cuando los alemanes parecían estar mejor parados sobre la cancha, golpeó el “Rey de Champions”. Vinicius definió un mano a mano al costado de Neur tras un genial pase de Toni Kroos. Los Bávaros no la vieron venir.
Sin ambargo, el Bayern que juega en Europa nada tiene que ver con el equipo inestable de la Bundesliga. En solo cuatro minutos de la segunda parte respondió a base de talento por intermedio de Sané y Musiala. Al 53 un latigazo de zurda de Leroy Sané sorprendió a Lunin por su palo. En un arreón irresistible, dos minutos más tarde, volvió a rugir la bestia bávara. Musiala se gastó un jugadón en diagonal desde la izquierda y fue derribado por Lucas en el área. Harry Kane no perdonó desde los 11 metros.
Tras la remontada los alemanes seguían llegando con mucho peligro y estuvieron a punto de ampliar la brecha. No lo hicieron y como ya dijimos el Madrid siempre vuelve. Entre Vinicius y Rodrigo cocinaron un penalti sin discusión que trasformó el ‘7’ con temple al 83. Empate que supo a poco para un Bayern de local y que avisora una final dramática en el Bernabéu. La ida ha sido un aviso para los que minimizan a los teutones en la eliminatoria. A día de hoy si hay un equipo que puede derrotar al Madrid, ese es el Bayern.