Hasta 2015 en China las parejas solo podías gestar un hijo. Durante más de 30 año un segundo embarazo representaba elevadas multas, la pérdida del trabajo, el aborto o incluso, la esterilización forzada. La “medida” no solo ha sido objeto de duras críticas por parte de organizaciones de derechos humanos. Esas tres décadas marcaron la vida de millones de personas en dimensiones “concretas” y psicológicas cuyo alcance es difícil ilustrar con palabras. Y -como casi siempre- las niñas y las mujeres se llevaron la peor parte.
En medio de este contexto, la preferencia tradicional por los hijos varones condujo a grandes números de niñas abandonadas o colocadas en orfanatos. Además, abortos selectivos por género y a casos de infanticidio femenino. Hoy el equilibrio de género en China está inclinado hacia el masculino. En tanto, 10 años después de una política de control de la natalidad, la nación confirmó el tercer año consecutivo de contracción de su población.
“Los carteles y eslóganes que antes advertían de los peligros de tener más de un hijo han sido reemplazados por otros que alientan a tener más nacimientos. Los Gobiernos locales han puesto en marcha una serie de incentivos políticos, desde ayudas económicas y subsidios inmobiliarios hasta la ampliación de la licencia por maternidad”, reseña un artículo de CNN.
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China: Las preocupaciones demográficas del gigante asiático
China cerró 2024 con 1.408,28 millones de habitantes. Esto, en un escenario donde aumentan los decesos debido al envejecimiento poblacional. De ahí, que todas las alertas estén en “rojo”, toda vez que el impresionante desarrollo del país depende, en gran medida, de el grupo laboralmente activo. Al decir de Infobae, la tasa de fertilidad en China sigue siendo significativamente baja, con menos de la mitad del nivel de reemplazo necesario de 2,1 hijos por mujer, lo que indica que cada generación será menos de la mitad del tamaño de la anterior.
*Fuente: Infbae, CNN, BBC