La representante Ilhan Omar, demócrata por Minnesota, se encuentra envuelta en una nueva controversia. Luego de que surgiera un video de un discurso en el que afirmaba ser «somalí primero, musulmana segundo». Estas palabras han generado un intenso debate en las redes sociales y han provocado críticas tanto dentro como fuera de su partido.
Durante un evento en un hotel de Minnesota, la representante Omar se dirigía a una audiencia en somalí y no mencionó su lealtad a Estados Unidos. En cambio, prometió trabajar «desde el sistema de Estados Unidos» para proteger los intereses de Somalia y su gente. Estas declaraciones han generado preocupación sobre las prioridades de la representante y su compromiso con su país de adopción.
El discurso ha sido condenado por la viceministra de Asuntos Exteriores de Somalilandia, Rhoda Elmi, quien lo calificó de «lamentablemente inapropiado». Sin embargo, la representante Omar defendió sus comentarios, alegando que la traducción era inexacta y criticando a aquellos que los difundieron como propagandistas.
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Ilhan Omar: Una representante de lealtad dudosa
Esta no es la primera vez que la representante Omar se encuentra en el centro de la controversia. En el pasado, también la criticaron por sus comentarios incendiarios relacionados con el conflicto entre Israel y Hamás. Sus colegas demócratas la reprendieron por culpar a Israel de la tragedia en un hospital de Gaza. Además, cuestionaron su apoyo incondicional a los intereses de otros países en lugar de los de Estados Unidos.
La polémica en torno a la representante Omar destaca las tensiones dentro del «escuadrón». Un grupo de legisladoras progresistas que incluye a Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley y Rashida Tlaib. A medida que estas representantes continúan defendiendo agendas políticas audaces, sus declaraciones y acciones siguen siendo objeto de escrutinio y críticas por parte de sus compañeros de partido y de la oposición.
La representante Omar se ha mantenido firme frente a la polémica, afirmando que continuará trabajando en el Congreso para proteger los intereses de Somalia y su comunidad. Sin embargo, las críticas persisten y queda por ver cómo esta controversia afectará su posición y su capacidad para impulsar su agenda política en el futuro.