Cambió el guión para los demócratas. O, más bien dicho, el paso arrollador de Donald Trump obligó a los demócratas a un cambio de fórmula. Todo indicaba que Joe Biden sería el gran protagonista de la Convención del partido gobernante en Estados Unidos, en un tándem donde, como había sucedido hasta hace poco más de un mes, Kamala Harris ocuparía un opaco segundo plano en su papel de VP.
Sin embargo, Biden no pudo con el mismo y sobre todo, no pudo con el magnate republicano. La edad y la cuestionada capacidad mental del demócrata colocaron las dudas de todo el país sobre su persona. En este contexto cada error podía ser fatal y, efectivamente, así ocurrió. El 27 de junio representó el principio y el fin para el actual mandatario.
En su primer y único debate electoral con Donal Trump el republicano lo sacó de la carrera por la reelección. Biden se mostró lento, dubitativo y completamente superado por la energía de Trump. De ahí en adelante se desató el pánico demócrata y comenzó la cuenta regresiva.
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Joe Biden a segundo plano
Traa varios intentos fallidos de conservar la presidencia, a Biden no le quedó otra alternativa que hacerse a un lado. Sin embargo, con el anuncio de su retirada colocó en la palestr pública a su flamante vicepresidenta Kamala Harris. Uno de los nombres que se habían manejado, pero que no parecía de los más sólidos.
Aún así, será ella la que ocupe todos los reflectores en la Convención Demócrata. «El momento será agridulce para el presidente, de 81 años, quien, a pesar de un mandato productivo, fue presionado por los líderes de su propio partido para que pusiera fin a su intento de reelección cuando una carrera de 50 años sucumbió a los estragos de la edad», reseña CNN.