Nadie habla peor de Cuba que ella misma. Ni los supuestos «mercenarios» que se inventa la propaganda oficialista. Ni los supuestos «confundidos», ni los «malagradecidos». Ninguna maquinaria es tan demoledora con Cuba que su propia historia. De ser un país que alguna vez despertó la ilusión de muchos, pasó a convertirse en el hastío de un continente donde ya provoca más disenso que consenso.
Sin sombra de aquella educación de vanguardia, que nunca fue tal. Con la «potencia médica» desmoronándose, entre el éxodo y la escasez. Sin agua, sin corriente y sin comida, la Mayor de las Antillas agoniza, a la espera de la estocada final. Sin embargo, en sus últimos suspiros le queda tiempo para expandir ese hedor que ya nadie puede esconder.
En el orden interno: represión. Con un pueblo que, de a poco, ha encontrado en la protesta pública su mejor aliado, el gobierno de Miguel Díaz-Canel responde de la única manera que sabe: reprimiendo, y colocando a los cubanos frente a la cárcel, el exilio, o el silencio. En el orden externo, mendigando las migajas de Rusia, con el apoyo al Kremlin frente a la invasión a Ucrania.
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Cuba y «el socialismo del siglo XXI» frente a Ucrania
«La situación de la invasión de Rusia a Ucrania señala la urgencia que el sistema internacional para el mantenimiento de la paz y seguridad funcione, pero el grupo de dictaduras integradas por China, Irán, las castrochavistas de las Américas, de África y los gobiernos para dictatoriales lo impiden. Las dictaduras del socialismo del siglo 21 -Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua-, subordinadas a Rusia, China e Irán, ahora son parte confesa de los crímenes contra la paz y han ratificado que su camino es el de la violencia y el terrorismo».
Así reseña un artículo de Infobae la muy cuestionada posición de Cuba frente a este conflicto bélico, que ya supera los dos años de duración. «Está ratificado que las dictaduras del socialismo del siglo 21 y sus gobiernos para dictatoriales, bajo mando de Cuba sobre Venezuela, Bolivia y Nicaragua no quieren la paz en Ucrania como no la quieren en Gaza y como no respaldan ni la “seguridad nuclear ni la seguridad de tránsito marítimo”, expresando su posición sobre el terrorismo Hutí en el mar Rojo y el Canal de Suez«, dice el medio argentino.