El 21 de enero de 1998 Juan Pablo II besaba la tierra cubana, en lo que representó la primera visita de un Sumo Pontífice a Cuba. En el aeropuerto internacional José Martí, de La Habana, fue recibido por el entonces presidente Fidel Castro, quien aseguró en la ceremonia de bienvenida un sentimiento de “culto respetuoso a la convicción profunda con que (el Papa) defiende sus ideas”.
Dos años antes, el 19 de noviembre de 1996, Castro se reunió con Juan Pablo II en la Biblioteca privada de la Santa Sede. El contacto sembró las bases para el curso memorable de la historia. Pero, sobre todo, evidenció un camino iniciado en la más absoluta discreción. Cuba, El Vaticano y la comunidad internacional calificaron la presencia de Juan Pablo II en la isla caribeña como un hecho de profundas dimensiones. Máxime, si se tienen en cuenta las posturas extremas promovidas tras el triunfo militar de 1959 respecto a la religión católica.
“En su cuarta y última Eucaristía, el día 25 de enero de 1998, a la que asistió el presidente cubano Fidel Castro, habló desde la histórica Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana: ¡Cuba, amiga, el Papa está contigo!, fueron las primeras palabras que el Sumo Pontífice dirigió a los cientos de miles de personas congregadas”. Así reseña Vatican News un momento trascendental.
Catorce años después Raúl Castro, quien sustituyó a su hermano en el cargo, dio la bienvenida a Benedicto XVI en Santiago de Cuba. Poco dado a los discursos, dijo: “Cuba lo recibe con afecto y respeto, y se siente honrada con su presencia”. Además, lo acogió en el Palacio de la Revolución, en un ambiente descrito como “notablemente distendido”.
Bajo la presidencia de Raúl Cuba fue sede, en el año 2016, del encuentro entre el Papa Francisco y el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill. Este ha sido el primer y único contacto directo entre los líderes de dos de las principales ramas del cristianismo desde que ambas se separaron en el año 1054. Ello, además, en pleno “deshielo” diplomático con Estados Unidos, derivado de un largo proceso donde también intervino la Santa Sede.
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Cuba y El Vaticano en la “era” Díaz-Canel
En 2013, como Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Díaz-Canel presidió la delegación que asistió a la entronización del Papa Francisco. Ya como mandatario, en julio de 2023 se convirtió em el tercer presidente cubano que viaja al Vaticano desde 1959. Allí mantuvo una audiencia privada con el Pontífice en la Oficina del Aula Paolo VI, de la Santa Sede. El Obispo de Roma obsequió a Díaz-Canel una obra de arte que representa una paloma con una rama de olivo. Además, con la inscripción “Sean mensajeros de la paz”. Por su parte, el presidente antillano regaló al Papa una escultura de plata, bronce y madera, titulada “El lector”.
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