En un duro golpe para la industria del entretenimiento, el actor canadiense Kenneth Mitchell, reconocido por sus participaciones en exitosas películas como Captain Marvel y Star Trek: Discovery, falleció a los 49 años a causa de complicaciones derivadas de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Esta es enfermedad neurodegenerativa progresiva que ataca las células nerviosas del cerebro y la médula espinal, desencadenando una devastadora pérdida de funciones motoras. Padecimiento que actualmente afecta a otros grandes de Hollywood, como la pareja de actores Sandra Bullocks y Bryan Randall.
La ELA, conocida como el enemigo silencioso del sistema nervioso, causa una degeneración de las neuronas motoras, que son las encargadas de transmitir las órdenes del cerebro a los músculos. A medida que estas células se deterioran y desaparecen, el control voluntario del movimiento se pierde gradualmente. Afectando la capacidad de hablar, comer, moverse y respirar.
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¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad que afectó a Kenneth Mitchell?
Según expertos del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Apoplejias de EE. UU. (NINDS, por sus siglas en inglés), los primeros síntomas de la ELA se manifiestan en forma de debilidad muscular, calambres, rigidez, dificultades en el habla y la deglución. A menudo, estas señales iniciales se presentan en las manos o los brazos. Generando dificultades en tareas cotidianas aparentemente sencillas, como abotonar una camisa o escribir. En otros casos, los primeros signos se centran en las piernas, provocando incomodidad al caminar o correr, y aumentando el riesgo de caídas repentinas.
A pesar de décadas de investigaciones y avances médicos, la ELA sigue siendo una enfermedad para la cual no se ha encontrado una cura. Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha aprobado cuatro medicamentos para proporcionar alivio a los pacientes y ralentizar la progresión de los síntomas. Entre ellos los fármacos Riluzol, Nuedexta, Radicava y Tiglutik.
La ELA, que fue descubierta por el neurólogo francés Jean-Martin Charcot en 1869, también es conocida como la enfermedad de Lou Gehrig. Nombre que lleva en honor al legendario jugador de béisbol de los Yankees de Nueva York que luchó contra esta enfermedad. Aunque la ELA puede afectar a personas de diferentes edades, se observa una mayor incidencia en individuos entre 55 y 75 años. Además, algunos estudios sugieren que los veteranos militares podrían tener un riesgo desproporcionado debido a su exposición a toxinas durante el servicio. Sin embargo, esta relación aún no se ha confirmado definitivamente.
Por otra parte la Asociación ALS afirma que, en el 90% de los casos de ELA, no hay antecedentes familiares de la mutación genética que causen la enfermedad. Mientras en el 5-10 por ciento de los casos en los que hay, sólo existe una posibilidad del 50 por ciento de que se transmita.