Elon Musk es casi tan famoso por sus millones de dólares y su inteligencia para los negocios como por sus polémicas opiniones. El magnate de las tecnologías es muy vocal sobre todo en su cuenta de X acerca de algunos tópicos “candentes”. Especialmente aquellos que involucran a minorías y comunidades marginadas. Estas mismas acciones han costado a cientos de personas como mínimo, el cierre de sus cuentas y disculpas públicas. Sin embargo, el hombre más rico del mundo al parecer está por encima de eso.
Hace unos días la publicación alemana Der Spiegel publicó un artículo en el que básicamente presentó a Elon Musk como una amenaza para la democracia de Estados Unidos. El texto, además, mostraba ciertos paralelismos entre el CEO de Tesla y X y el magnate de los medios Alfred Hugenberg, un poderoso aliado del tercer Reich.
La respuesta del millonario fue acusar a la revista de convertirlos él y al candidato presidencial republicano Donald Trump en diana de serias amenazas contra su seguridad. Para ello se valió de un tweet con una imagen montada de él y Trump y un caption acusatorio al medio. Esto solo sirvió para atizar aún más la narrativa, pues Der Spiegel no se quedó callado. En su lugar el rotativo aseguró que su artículo original pretendía mostrar el rol de Elon Musk en la desinformación del país para su beneficio como estrategia para pasar de los negocios a la política.
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Elon Musk: por encima de las críticas
Esta segunda crítica tampoco quedó sin respuesta. Elon Musk rebatió con un un corto pero contundente tweet. “Hice que el Nazi viniera” posteó el empresario. Una evidente muestra de que al también dueño de SpaceX le importa poco la opinión de aquellos con menos poder que él. Mayormente si esa opinión está dirigida a su más nuevo interés, la política de MAGA.
De hecho para estar más en consonancia con su postura política y su participación dentro de la campaña que intenta ubicar a Donald Trump en el poder, varias son las acciones que el empresario ha puesto en marcha. Por un lado sus cuantiosas donaciones que ya ascienden a 75 millones de dólares. En tanto, ha prometido pequeñas recompensas a quienes firmen peticiones en favor de la libertad de expresión y el derecho a portar armasen el estado de Pensilvania.
