En un giro sorprendente, la abogada de Donald Trump, Alina Habba, realizó una acusación de «conflicto» contra el juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Lewis Kaplan, quien presidió el caso de difamación presentado por E. Jean Carroll. Sin embargo, poco después, Habba se retractó de sus afirmaciones, generando un escándalo en el mundo legal.
La acusación se basó en un artículo del New York Post que revelaba que Kaplan y la abogada de Carroll, Roberta Kaplan (no relacionadas entre sí), habían trabajado en el prestigioso bufete de abogados Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison en la década de 1990. Según fuentes citadas por Habba, Lewis Kaplan fue «mentor» de Roberta Kaplan durante su tiempo juntos en el bufete.
Habba presentó una carta ante el tribunal argumentando que si Lewis Kaplan y Roberta Kaplan habían tenido una relación de mentor-protegido, esto debió haberse revelado antes de que el caso avanzara. Sugirió que el juez había violado el código de conducta judicial y planteó la posibilidad de solicitar un nuevo juicio.
Sin embargo, la denuncia generó una fuerte reacción por parte del abogado de Carroll. Este calificó la afirmación de Habba como «absolutamente infundada» y amenazó con buscar sanciones si no se retiraba la acusación. En respuesta, la abogada se retractó de inmediato, evitando así posibles consecuencias legales.
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Donald Trump en constante litigio
El caso de difamación de E. Jean Carroll contra Donald Trump ya había sido objeto de atención mediática debido a las acusaciones de Carroll de que Trump la había agredido sexualmente en la década de 1990. El veredicto del jurado condenó al expresidente a pagar una indemnización de $83.3 millones a la demandante.
El escándalo del supuesto conflicto entre el juez y la abogada plantea interrogantes sobre la imparcialidad y la ética en el sistema judicial. Si bien Habba retiró sus acusaciones, el episodio dejó una sombra sobre el caso y puede convertirse en un argumento para una posible apelación.
A medida que el caso continúa generando controversia, tanto los defensores de Carroll como los partidarios de Donald Trump están atentos a los próximos pasos legales y las implicaciones que este escándalo pueda tener en el resultado final del caso de difamación.
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