Días atrás la prensa internacional se hizo eco del primer caso de muerte humana por la viruela de Alaska, ocurrida en Estados Unidos. La información se viralizó en redes sociales, donde los usuarios manifestaron “preocupación” por esta enfermedad, recién descubierta. Cuando apenas han transcurrido algunos días, ya se conoce otra noticia de índole similar.
A esta hora el país confirmó un caso de peste bubónica en el Estado de Oregon. Según ha trascendido, el paciente “responde correctamente al tratamiento”. Además, las autoridades piden calma ante esta situación atípica, dado que es la primera infección en casi 10 años. Presumiblemente, la persona afectada contrajo la peste a través de su gato doméstico. Los funcionarios sanitarios ya se aproximaron a los contactos cercanos del paciente y de su mascota.
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Desde la década de 1990, la mayoría de los casos de la enfermedad se localizan en África. Madagascar y la República Democrática del Congo están entre los países más endémicos. De hecho, en Madagascar se notifican casos de peste bubónica casi todos los años, durante la temporada epidémica (entre septiembre y abril).
Estados Unidos: ¿Qué es la peste bubónica?
Al decir de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la peste es causada por Yersinia pestis, una bacteria zoonótica que suele encontrarse en pequeños mamíferos y en las pulgas que los parasitan. Tiene dos formas clínicas principales: bubónica y neumónica. La peste bubónica, caracterizada por la tumefacción dolorosa de los ganglios linfáticos, es la más frecuente.
La OMS aclara que raramente se transmite entre personas. Sin embargo, puede evolucionar y diseminarse a los pulmones. Y, de ocurrir así, desencadena lo que hoy se conoce como peste neumónica.
Hablar de la peste es recordar, también, las plagas que azotaron a Europa. A finales de la Edad Media el continente sufrió el brote epidémico más mortífero de la historia con la peste negra. Más de un tercio de la población europea murió entonces.
