En no pocas ocasiones varios contratistas norteamericanos han solicitado al Congreso de Estados Unidos acelerar las autorizaciones de trabajo o extender las ya existentes como el programa de visas H-2B. Estas peticiones no son una sorpresa. El país norteño necesita de los inmigrantes, de acuerdo con quienes se desempeñan en la industria de la construcción, pues encuentran en este grupo la principal fuerza de trabajo.
La realidad, según advierten diversos medios, es que a la mayoría de los estadounidenses no les interesa este tipo de empleo. De ahí que sean los inmigrantes quienes usualmente lo lleven a cabo. No obstante, en los últimos años la industria de la construcción en el país norteamericano ha visto una vertiginosa disminución en su mano de obra.
El envejecimiento de la fuerza laboral y el creciente número de jubilaciones son algunas de las razones. Junto a estas, las dilaciones en las autorizaciones de trabajo de los solicitantes de asilo hacen que sea muy difícil sostener el importante negocio. Esta situación resulta aún más palpable en el contexto actual, cuando el presidente Joe Biden ha llamado a reducir los costos de la vivienda y aumentar la oferta.
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Migrantes en Estados Unidos: una fuerza necesaria
En 2021 uno de cada cuatro trabajadores de la construcción eran inmigrantes. Así lo refieren los datos de la National Association of Home Builders. En su reporte destaca, además, que en algunas regiones como California y Texas los inmigrantes representaban hasta el 40 por ciento de la fuerza laboral.
Según el vicepresidente de servicios públicos en Associated General Contractors of America, Brianan Turmail, si se contara con más migrantes, pudieran ofertar más trabajo y gestionar más proyectos.
Labores calificadas como electricistas, carpinteros y plomeros recaen -en su mayoría- en manos de los inmigrantes, quienes representan una gran parte de las plantillas en los sectores de trabajo manual. Esto los convierte en una fuerza vital para el desarrollo de la economía de Estados Unidos.