Según reseña CNN, “el Niño es un patrón climático natural caracterizado por temperaturas oceánicas más cálidas que el promedio en el Pacífico ecuatorial. Cuando el agua se vuelve más fría que el promedio, se trata de La Niña. Cualquiera de las fases puede tener un efecto sobre el clima en todo el mundo», A esta ahora Estados Unidos está muy atento al fenómeno.
De hecho, la nota emitida por la cadena refiere que, si bien restan algunos meses para el comienzo del verano, El Niño se debilita con rapidez. Ello significa que es probable que no se sienta en los meses veraniegos. Aún así, y contrario a lo que pudiera parecer, esta no es una noticia positiva. En este contexto, los pronósticos de altas temperaturas en el período estival ya preocupan a los expertos.
A ello se suman perspectivas de precipitaciones que tampoco son halagüeñas, con altas probabilidades de que grandes zonas del oeste y el centro de Estados Unidos están más secas de lo normal. “Esta sequedad, combinada con un calor superior a lo normal, que sólo amplifica la sequedad, podría ser una receta para una nueva sequía o un empeoramiento de ella”.
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Estados Unidos, las olas de calor y el cambio climático
«Anticipamos una probabilidad muy superior a la media de que grandes huracanes lleguen a tierra a lo largo de la costa continental de Estados Unidos y en el Caribe”, acotó CNN. Por lo tanto, una vez más el foco de los activistas medioambientales vuelve a prender luces rojas sobre las temperaturas del planeta. Eso, con la conciencia de que por estos días Europa fue noticia respecto al tema. Y es que, según un análisis realizado por el Servicio Europeo de Cambio Climático, Copernicus, y las Naciones Unidas, el número de fallecimientos relacionadas con el calor en el continente ha aumentado al menos un 30% en los últimos 20 años..