La más reciente publicación de la revista médica JAMA ha levantado no pocas alarmas. De acuerdo con un estudio compartido por el medio, casi 100,000 niños en Estados Unidos perdieron a uno de sus padres por s****sis o víctimas de la vi***cia a***da en 2020. Una cifra que de por sí es impactante, pero si se tiene en cuenta que, según el informe, es casi el triple que en 1999, resulta aún más preocupante.
El estudio de JAMA estuvo sustentado en datos federales de mortalidad, fecundidad y los datos demográficos de la población de Estados Unidos. Entre las conclusiones más importantes de la investigación resaltaron la edad de los decesos por ambas causas, que rondan los 30 a 40 años, así como la mayor probabilidad de perder al padre que a la madre por estos dos motivos.
Igualmente destacó la mayor incidencia en la que se ven afectados los niños y adolescentes negros antes estas pérdidas. Este último dato, si bien había que calzar con cifras, es una realidad bastante conocida ante la desproporción existente en la nación norteamericana en términos de seguridad para la vida, estabilidad socioeconómica y desigualdades raciales sistémicas.
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Estados Unidos: Más allá de los números
La publicación señaló además que en los menores, experimentar la pérdida de uno de sus padres por estas situaciones tiene impactos a que inciden en «desventajas en la salud a lo largo de la vida”. Ello teniendo en cuenta el estigma asociado a estos hechos, menos aceptados por la sociedad que una pérdida por enfermedad.
«Cuando no se puede hablar de ello abierta y libremente, a los niños les resulta más difícil obtener el apoyo que necesitan. Para los niños que guardan esas cosas en su interior, el riesgo de que se filtren en todo, desde graves problemas de conducta a trastornos por duelo y otros tipos de problemas de salud mental -ansiedad, depresión o su propio abuso de sustancias- aumenta mucho».
Así expresó la psicóloga y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, en Estados Unidos. La especialista, aunque no participó del estudio recién publicado por JAMA, sí ha intervenido en diversas investigaciones que abordan estas temáticas.