Donald Trump está próximo a asumir su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, este es un hecho irrefutable. No obstante la reacción de la comunidad internacional ante la perspectiva de cuatro años más con el republicano frente a la Oficina Oval continúa siendo dividida. Presidentes como Javier Milei, Nayib Bukele, Volodimir Zelensky y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu expresearon sus más sinceras congratulaciones. Mientras, otros jefes de estado mantienen sus reservas. Una postura que también incluye, al parecer, a la Santa Sede.
Desde El Vaticano la reacción inicial fue ciertamente diplomática. El cardenal Pietro Parolin le deseó al magnate “mucha sabiduría” para gobernar. El también Secretario de Estado de la Santa Sede instó al presidente electo a volver a unificar el país ante la polarización que atraviesa. El cardenal refirió también que aunque Trump dijo que terminará con las guerras, esta misión puede ser muy compleja. “Ni siquiera él tiene una varita mágica”, aseveró.
Otra figura importante dentro de la Iglesia Católica, el arzobispo Timothy Broglio, fue más abierto a su conformidad con el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El religioso no solo expresó concordar con algunas de las políticas planteadas por Trump, sino que además habló sobre por qué pensaba que los votantes católicos había apoyado su victoria.
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Estados Unidos y la Santa Sede de cara al 2025
Ambas posturas vienen a servir de ejemplo de los desafíos que podría enfrentar el Papa Francisco de cara al nuevo gobierno de Trump. Aunque el sumo pontífice se ha pronunciado contra el aborto, coincidiendo con el presidente electo de Estados Unidos, en otros puntos como la inclusión a la comunidad LGTBIQ+, difieren bastante. Una cuestión que puede cobrar fuerzas porque el Papa ha recibido numerosas críticas de la jerarquía eclesiástica que ahora se apoya en la ideología trumpiana.
En otros temas como la política migratoria y el cambio climático también ambos líderes presentan posiciones contrarias. En tanto, aunque el sumo pontífice, como líder de la Iglesia Católica, tiene una marcada influencia a nivel global, Estados Unidos ha dado muestra de que sus máximos representantes del catolicismo se inclinan cada vez más por las ideas conservadoras. Todo lo cual marcará cuatro años de diálogo profundo.