El expresidente boliviano Evo Morales ha sido citado a declarar en relación con un caso de trata y estupro que lo involucra por presuntamente embarazar a una adolescente durante su mandato. Este martes, la Fiscalía notificó oficialmente a Morales, quien deberá presentarse el 10 de octubre en Tarija, tras la entrega de la notificación por parte de la División de Trata y Tráfico de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc).
La situación se torna tensa, ya que la Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba advirtió sobre posibles manifestaciones violentas si detienen a Evo Morales. Dieter Mendoza, dirigente de la organización cocalera, ha declarado que «lo que va a suceder es grave en Bolivia», y ha responsabilizado al Gobierno por cualquier «insurgencia y convulsión» que pueda surgir como resultado de una posible detención.
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Evo Morales alega a la «persecución judicial»
Este caso es objeto de investigación desde 2019, una época en la que Bolivia atravesaba un contexto político tenso tras el gobierno interino de Jeanine Añez. Según la denuncia, Morales habría tenido una hija con una adolescente en 2016, cuando ella tenía 16 años y él 57. La partida de nacimiento de la niña, emitida dos años después, constituye una de las pruebas en el expediente.
De acuerdo a Infobae, a pesar de la gravedad de las acusaciones, el equipo jurídico de Morales ha tildado el proceso de «persecución judicial», argumentando que se trata de una represalia por sus acciones políticas recientes, en las que se incluye una marcha contra el Gobierno de Luis Arce. Sin embargo, aunque se han abierto otros cuatro procesos en su contra, ni el exmandatario ni su defensa han negado la comisión del delito.
Con el futuro político de Morales en juego y un calendario electoral que se aproxima, este escándalo añade una nueva capa de complejidad a la ya frágil situación política de Bolivia.