En una impactante revelación, el ex diplomático estadounidense Manuel Rocha, condenado recientemente por ser un agente encubierto del gobierno cubano, atribuyó su traición a la influencia de la «política radical» que experimentó durante sus años de estudiante en la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
Durante su comparecencia ante una jueza federal en Miami, Rocha, de 73 años, admitió que su compromiso con el cambio social radical lo llevó a traicionar su juramento de lealtad a Estados Unidos durante sus dos décadas en el Departamento de Estado. Sin embargo, aseguró que ha experimentado una transformación desde entonces y ya no ve el mundo con los mismos ojos radicales de su juventud.
Rocha, quien fue embajador de Estados Unidos en Bolivia y dejó el servicio exterior en 2002, fue sentenciado a 15 años de prisión por conspirar en contra de su país. Antes de su arresto, logró una exitosa carrera en el sector privado como alto ejecutivo internacional en la industria minera. De igual forma ocupó destacados puestos en empresas como Barrick Gold Corp. y Foley & Lardner LLP.
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Enemigo de Estados Unidos: «Un país que le brindó todo»
La jueza de distrito Beth Bloom calificó a Rocha como un «enemigo» de un país que le brindó todo. Por lo cual, le impuso una multa de $500,000, además de una cláusula de restitución para compensar a sus posibles víctimas. Asimismo, la sentencia máxima de 15 años de prisión refleja la gravedad de su conspiración para defraudar al gobierno de Estados Unidos.
El caso de Rocha ha sido calificado como una de las infiltraciones más significativas y duraderas en el gobierno estadounidense por parte de un agente extranjero. Durante su carrera, Rocha ocupó cargos importantes en embajadas latinoamericanas. Entre ellos dos años como adjunto a cargo de la misión diplomática estadounidense en La Habana, entre julio de 1995 y julio de 1997. Incluso trabajó en la Oficina de Asuntos Interamericanos del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Consciente del dolor causado a su familia, antiguos colegas y amigos cercanos, Rocha pidió comprensión y perdón. Además, reconoció el error de sus acciones y lamentó sinceramente el daño que causó.