Siete cooperantes, incluyendo extranjeros, de la organización sin fines de lucro World Central Kitchen, murieron en un ataque militar israelí mientras entregaban comida a civiles hambrientos en Gaza.
El convoy en el que se encontraban los colaboradores fue alcanzado por un ataque aéreo israelí fuera del almacén Deir Al-Balah, donde habían descargado ayuda alimentaria. Entre las víctimas del suceso se encuentran ciudadanos estadounidenses, canadienses, australianos, polacos, británicos y un palestino.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reconoció que el ataque fue no intencional. Por lo que se comprometió a llevar a cabo una investigación exhaustiva para comprender las circunstancias de este trágico incidente. Sin embargo, el impacto de esta tragedia no se limita a las relaciones entre Israel y la comunidad internacional. Sino que también ha generado preocupación y exigencias de rendición de cuentas por parte de los países de los cooperantes fallecidos.
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Reacción internacional ante este suceso
El gobierno australiano exigió una rendición de cuentas al gobierno israelí por las muertes de su ciudadano. Además, el ataque ha sido condenado por Hamás y la comunidad internacional. Todos han instado a las Naciones Unidas a tomar medidas para proteger a los trabajadores humanitarios que arriesgan sus vidas para ayudar a los más necesitados.
Por su parte el World Central Kitchen ha decidido suspender sus operaciones. En Gaza, donde la población sufre de inanición y hambruna debido a la falta de ayuda y la destrucción generalizada, esta organización fue una de las pocas que brindó alimentos esenciales y ayuda humanitaria.
Además, también tomará este tiempo para revaluar su futuro en la Franja. José Andrés, fundador de World Central Kitchen, expresó su dolor y pesar por las vidas perdidas. A su vez, exigió que se detenga la matanza indiscriminada de civiles y trabajadores humanitarios.