Con casi 1.450 millones de habitantes, la India, el país más poblado del mundo, se enfrenta a un reto demográfico sin precedentes. Pues a pesar de tener la mayor población existente, algunos estados de la nación han comenzado a promover, entre sus ciudadanos, el nacimiento de más hijos.
Esto se debe a que la tasa de fecundidad en India ha disminuido sustancialmente en las últimas décadas, llegando incluso a caer por debajo del nivel de reemplazo de 2,1 nacimientos por mujer en 17 de los 29 estados y territorios. Debido a esto, los estados del sur del país, que lideraron la transición demográfica, tienen ahora tasas de fecundidad iguales o inferiores a 1,6, similares a las de muchos países europeos.
En busca de una solución, los líderes de los estados de Andhra Pradesh y Tamil Nadu han abogado por que los ciudadanos tengan más hijos, e incluso se han planteado ofrecer ciertos incentivos. Esto se debe a que temen que los cambios demográficos afecten la representación electoral y la asignación de recursos federales entre los estados.
Te puede interesar: Por esta razón se utilizan dos apellidos en el mundo hispano
India enfrenta otro desafío
Según expertos este no es el principal incoveniente. El envejecimiento acelerado de la población, impulsado por la caída de las tasas de fecundidad, es el mayor reto al que se enfrenta India. Por lo que se espera que el país duplique su población envejecida (del 7% al 14%) en solo 28 años, mucho más rápido que otros países desarrollados.
Este envejecimiento prematuro, plantea serios problemas respecto a la sostenibilidad de los sistemas de pensiones y la atención a los ancianos, especialmente en un contexto de recursos limitados. Si bien el primer ministro Narendra Modi y otros líderes han expresado que no se apresurarán en modificar las políticas fiscales, la presión para aumentar la natalidad es palpable.
Sin embargo, los demógrafos afirman que, en lugar de presionar a la gente para que tenga más hijos, India debe centrarse en extender significativamente las edades de jubilación, mejorar la salud y la productividad de la población mayor, y aprovechar mejor el dividendo demográfico que ofrece su gran población en edad de trabajar. Solo así podrá hacer frente al desafío del envejecimiento acelerado de la sociedad.