Aunque ha protagonizado cientos de memes y miles de burlas, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no es un político a subestimar. Once años de gobierno en un país tan complejo dan prueba de su capacidad para hacer alianzas con los militares y con los grupos de poder.
Tras el fallecimiento de Chávez, el 5 de marzo de 2013, Maduro asumió el rol de presidente interino hasta que el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó a elecciones presidenciales. En ese entonces el hoy presidente ganó por un ajustado margen al candidato opositor Henrique Capriles.
«Mi opinión firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido», dijo Chávez en cadena nacional, poco antes de morir.
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Nicolás Maduro cada vez más solo
Maduro “debe aprender que el que gana se queda y el que pierde se va”, dijo el presidente de Brasil Luis Inácio Lula da Silva. Además, confesó que se “asustó” cuando Maduro dijo que si pierde las elecciones del domingo en su país, habrá “un baño de sangre”. Con estas declaraciones tomó distancia de quien en otras ocasiones había sido un aliado al que no le había realizado ningún cuestionamiento público.
Por su parte el ex presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció que Venezuela le retiró la invitación como veedor en las presidenciales. “La razón que se me dio es que, a juicio de aquel gobierno, declaraciones públicas realizadas por mí ante un medio nacional causaban molestias y generaban dudas sobre mi imparcialidad. Entendieron que la coincidencia con lo que había expresado un día antes el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, generaba una suerte de desestabilización del proceso electoral”.
El gobierno de Colombia, con el que Venezuela tiene una tensa relación, también ha criticado a Maduro. Particularmente, cuando Maduro también inhabilitó a Corina Yoris, la cancillería de Colombia expresó su “preocupación” por las “dificultades que enfrentaron sectores mayoritarios de la oposición” al intentar postular a sus candidatos.
