Joe Biden -lo sabe- está lejos de ser lo que fue. El demócrata, que una vez representó la esperanza de buena parte de Estados Unidos, vive, posiblemente, su peor momento desde que llegó al cargo. No solo por la situación actual de su país, sino, también, porque su figura despierta más dudas que certezas.
Biden ha estado desde el principio en la “cuerda floja”. En un mundo que parece diseñado para jóvenes, la edad representó siempre el “obstáculo” más importante de cara al electorado. Sin embargo, ni él ni su equipo han podido hacerle frente, más bien ha ocurrido todo lo contrario.
La lentitud del mandatario, sus pausas extrañas, sus olvidos, sus errores en público y hasta sus caídas han destruido esa imagen que se quiso vender de “presidente experimentado, pero fuerte y saludable”. El último gran batacazo estuvo en el debate electoral, que prendió todas las alarmas de su partido
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Joe Biden cada vez más hundido
“La decisión (…) significa casi con toda seguridad que prácticamente no hay límites a lo que un presidente puede hacer. Sé que respetaré los límites del poder presidencial como lo he hecho durante los tres años y medio, pero cualquier presidente, incluido Donald Trump, será ahora libre de saltarse la ley”.
Así reaccionó el mandatario a la nueva victoria de Donald Trump, que cada día parece más cerca de regresar al despacho oval. Obviamente, Biden criticó la sentencia, en un guión más que predecible de su parte. De hecho, esta fue su primera aparición pública tras el debate del jueves pasado en Atlanta.
The Supreme Court has decided that it will be the character of the men and women who hold the presidency that will define its limits – not the law.
— President Biden (@POTUS) July 2, 2024
I know I will respect the limits of a president’s power. pic.twitter.com/656nVscelC
