Estados Unidos elegirá en noviembre a su presidente por los próximos cuatro años. Este hecho resume -básicamente- el clima político actual del país más poderoso del mundo. Todo parece indicar que el hoy mandatario, Joe Biden, y el anterior, Donald Trump, volverán a medir fuerzas por el control de la Casa Blanca.
La popularidad de Trump a esta hora es innegable, por lo cual no sería una sorpresa verlo, en representación de su partido, buscar la presidencia. Para Biden la situación no es tan clara. Si bien parece la opción más fuerte entre los demócratas, hasta ahora, su permanencia en el despacho oval plantea muchas dudas.
Los analistas reconocen los logros económicos de Biden, entre otros tantos. No obstante, al presidente le ha resultado muy difícil capitalizar su gestión entre las masas. A esto se une el factor edad, que ha jugado «en su contra» desde el principio y que, de cara a un segundo mandato, está entre las principales preocupaciones de los votantes.
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Estados Unidos y un momento definitorio
La noche de este jueves fue crucial para Joe Biden y sus aspiraciones políticas. En palabras de CNN, el presidente pronunció un estridente tercer discurso sobre el estado de la Unión, que podría figurar entre los más importantes durante su presidencia, mientras busca la reelección.
Contrario a la “sobriedad” característica de Los discursos sobre el estado de la Unión, el de este jueves marcó un tono diferente. Biden sabía lo que estaba en juego y aprovechó el lugar para intentar disipar dudas sobre su estado físico y mental. Con “salidas del guion” y un tono más elevado de lo habitual, Potus mostró al mundo lo que puede dar.
«Cuando llegas a mi edad, ciertas cosas se vuelven más claras que nunca. La cuestión a la que se enfrenta nuestra nación no es lo viejos que somos, sino lo viejas que son nuestras ideas, no podemos liderar con ideas antiguas», expresó.