Joker 2 estaba pensada para ser el próximo gran éxito del universo de los DC Cómics. Nada debía salir mal, a fin de cuentas contaba con todo a su favor, un elenco de lujo, millones para la producción y una antecesora que arrasó. Sin embargo, tras el primer fin de semana de su estreno en Estados Unidos la cinta pinta como un fracaso total tanto de crítica como de audiencia.
En estos casos los números no se equivocan. Joker 2: Folie à Deux costó entre 190 y 200 millones de dólares. Una cifra astronómica incluso para el género de los superhéroes que de por sí se gasta grandes sumas. No obstante, al concluir sus primeras jornadas solo logró recaudar 37, 8 millones, menos de la mitad de lo que facturó su primera parte, como han recalcado diversos medios.
Cabe entonces preguntarse qué puede haber pasado para este inesperado resultado? No pocos apuntan a que la fórmula de incorporar canto y baile a una película basada en cómics le pierde esencia al género. Otros han tomado la narrativa de la misoginia para resaltar que de manera general los filmes de este corte – protagonizados por mujeres -no reciben tanta atención como los liderados por hombres. Además no faltan los que opinaron que resulta reiterativa y no ofrece nada nuevo que no seanun análisis aburrido de trama de la original.
Joker 2: un fracaso que sorprendió
Difícil discernir si las expectativas de público y crítica eran demasiado altas o que seriamente la cinta carece de ese factor X que la convierte en un éxito. Pero a ciencia cierta algo es seguro, la secuela de Joker no convence. La fórmula de Hollywood demuestra no ser infalible y ello no deja ganadores. Pierden los estudios y el público queda con un sentimiento de pura decepción.
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En una era en la que se apuesta por las secuelas a películas icónicas es necesario hacer un alto y preguntase si vale la pena. Después de todo casi nunca las segundas partes resultan buenas y el Joker 2 es la más reciente prueba. A la larga probablemente recaude un poco más de millones, pero ya el daño inicial está hecho y es difícil revertirlo. Ni el Óscar de Joaquín Phoenix ni la atrayente personalidad de Lady Gaga valieron para salvar un proyecto que quedó más ambicioso de lo que realmente entregó.
