La muy anticipada película «Deadpool & Wolverine» se enfrenta a un reto sin precedentes al intentar mantener la irreverencia que caracterizó a las entregas anteriores de Deadpool, mientras se integra en el vasto Universo Cinematográfico de Marvel (MCU).
Tras el éxito rotundo de las dos primeras películas de Deadpool, conocidas por su ingenio mordaz y su constante burla de los clichés de las películas de superhéroes, esta tercera entrega se encuentra en una posición casi paradójica.
La adquisición de Fox por parte de Disney hace unos años integró a Deadpool y a otros personajes mutantes de la franquicia X-Men dentro del MCU. Esto ha obligado a la nueva película a tratar de preservar su distintivo humor autoconsciente, al mismo tiempo que se alinea con los parámetros narrativos establecidos por el gigante del entretenimiento.
«Es casi como si la película se estuviera autocanibalizado», comentó un analista de la industria cinematográfica. «Deadpool intenta disfrazarse de sátira de la extensión de marca, pero en el fondo se está convirtiendo en una extensión de marca por derecho propio».
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Deadpool & Wolverine ¿Esencia irreverente?
En una de las primeras escenas, el propio Deadpool, interpretado nuevamente por Ryan Reynolds, suelta la frase: «Marvel es tan estúpida», lo que sugiere una actitud burlona hacia la maquinaria corporativa que ahora lo incluye.
Sin embargo, la incorporación del icónico Wolverine, encarnado una vez más por Hugh Jackman, aporta cierta lógica narrativa a la trama. En películas anteriores, Deadpool solía convertir a este emblemático mutante en el objeto de sus bromas fuera de la pantalla. Ambos personajes comparten características como la inmortalidad y la capacidad de regeneración, así como cicatrices emocionales del pasado que buscan redimir.
El desafío para «Deadpool & Wolverine» será mantener el delicado equilibrio entre su irreverencia característica y las exigencias de la expansión de marca, sin que la película se convierta en una caricatura de sí misma, tal como ocurrió con la recepción de la segunda entrega de Deadpool.
«Si logran encontrar ese punto medio, la película podría convertirse en un hito en la historia de los superhéroes en la gran pantalla», afirmó el analista. «Pero si se inclina demasiado hacia la autocomplacencia, corre el riesgo de perder el encanto que hizo tan exitosa a la franquicia».