Irán tiene un nuevo madatario y según sus palabras, será un servidor que le de “voz a los que no la tienen”. Así aseguró en su discurso de aceptación Masoud Pezeshkian. El legislador de 69 años se alzó con la presidencia tras obtener un 53 por ciento de los más de 30 millones de votos escrutados en la segunda vuelta de los comicios iraníes.
Pezeshkian, quien es cirujano cardíaco de formación, fue el único candidato reformista en la carrera presidencial. Su victoria supuso la derrota del conservadurismo representado en Saíd Yalilí. Sin embargo, Masoud Pezeshkian tiene por delante un sin número de obstáculos en su nuevo cargo.
La situación actual de Irán está marcada por un profundo aislamiento internacional debido, en su mayoría, a las limitaciones a las que se enfrentó el fallecido presidente Raisi durante su gobierno en el marco de la política exterior. Por otra parte, el deterioro económico es palapable, lo que a su vez genera un descontento interno. A eso se suman la tensiones regionales de las que Irán no logra escapar.
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Masoud Pezeshkian: Retos del nuevo presidente de Irán
Claro que Masoud Pezeshkian no es un neófito en el ambiente político y ahí puede radicar su principal fortaleza. El ahora presidente electo, asumirá el cargo tras su tercer intento, pues tanto en 2013 como en 2021 vio frustrados sus anhelos. Además, fungió como Ministro de Salud entre 2001 y 2005. En tanto, en su trayecto por el Legislativo, llegó a ocupar el cargo de Vicepresidente del Parlamento iraní.
Ahora Masoud Pezeshkian aboga por la unidad y el trabajo duro para la resolución del contexto nacional. “Unámonos, permanezcamos juntos y trabajamos juntos. Seríamos así capaces de abordar todos los aspectos y áreas del gobierno: retos económicos, financieros, militares y sociales”, dijo.
Entre los otros temas que ocupan la agenda Pezeshkian están el fomento dr medidas y reformas estructurales que permitan un desarrollo más justo y balanceado de la nación. Igualmente mostró su disposición a reducir el control del gobierno sobre Internet y flexibilizar el uso del hiyab.