Un grupo de mujeres vestidas como monjas se reúne en México para celebrar rituales en honor a la marihuana.
A pesar de su vestimenta, estas mujeres no son católicas ni pertenecen a ninguna otra religión. Son parte de Sisters of the Valley (Hermanas del Valle), una organización internacional que promueve los beneficios curativos del cannabis.
En los Estados Unidos han logrado establecer un exitoso negocio de venta de productos derivados de la marihuana. Sin embargo en México enfrentan desafíos debido a la guerra contra las drogas y la fuerte influencia religiosa. La imagen de una monja fumando marihuana es más un acto de rebeldía, afirman las hermanas.
«Queremos recuperar la planta de manos de los narcos»
Las hermanas del Valle, comparten regularmente en redes sociales, mostrando sus cultivos y participando en eventos relacionados con la marihuana.
Sin embargo, sus ventas en México son mucho menores que las de sus contrapartes estadounidenses. Esto se debe a la ambigüedad legal que rodea a la marihuana en el país. Además de los vínculos de la planta con el crimen organizado.
Debido a ello, estas mujeres son muy cautelosas al revelar la ubicación de sus operaciones, ya que temen represalias de la policía o de los narcotraficantes locales.
A pesar de los riesgos, estas monjas consideran que es importante recuperar la planta de manos de los narcos. Junto a ello, cambiar la percepción social sobre la marihuana en México.
«La Hermandad está en un contexto totalmente diferente aquí en México, debido a lo religioso que es el país y a los vínculos de la planta con los cárteles», dijo una de las monjas, quien utiliza el seudónimo de «Sister Bernardet» en línea y pidió no revelar su nombre por temor a represalias. «Queremos recuperar la planta de manos de los narcos», dijo.
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Entre lucha constantes por el respeto hacia la marihuana en México
Inspiradas en el movimiento religioso laico de las Beguinas, las Sisters of the Valley utilizan hábitos para proyectar uniformidad y respeto hacia la planta. Bajo la guía de Alehli Paz, una química e investigadora de la marihuana, cultivan modestas cosechas en espacios limitados.
Además de la producción de cannabis, las monjas visitan a personas en la Ciudad de México que luchan por la legalización total y ofrecen talleres sobre el uso de la marihuana. Argumentan que la guerra contra las drogas en América Latina ha fracasado y ha provocado violencia y encarcelamientos masivos.
Sin embargo, unirse a Sisters of the Valley ha generado tensiones en las familias de estas mujeres, en un país mayoritariamente católico y conservador. Sin embargo, algunas madres han apoyado a sus hijas en esta misión.
A pesar de los desafíos y la oposición que enfrentan, estas mujeres están comprometidas con difundir los beneficios curativos del cannabis y desafiar la percepción negativa que existe en el país.