Lejos quedaron los datos de 2018 y 2021. Esta, la actual campaña presidencial en México, se perfila como la más sang***ta de su historia. En tanto candidatos y alcaldes de todos los partidos políticos han sido víctimas de la vi***cia que, en muchas ocasiones, a plena luz del día, ha cobrado más de 30 vidas y ha logrado que el miedo sea inherente a las urnas.
El 2 de junio, cuando se llevarán a cabo las votaciones, está a la vuelta de la esquina. Hasta que ese momento llegue, resultan cuantiosos los casos de secuestros y amenazas que han caracterizado esta carrera electoral. Ello, sin contar a los innumerables afectados que no denuncian por miedo a las represalias, especialmente en las regiones rurales de México.
Y si algo peor que la ola de vi**cia se gesta en este contexto, de acuerdo con diversos analistas, es la noción de la falta de democracia a niveles locales. Un problema que repercute de cara a estas elecciones. Pero que remarca un conflicto sistémico y un ciclo muy difícil de romper tanto para políticos como para la ciudadanía.
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México en elecciones
Según el politólogo Roberto Roldán, la actual campaña tiene como particularidad que la ola de violencia, a diferencia de otros años, no solo puede ser atribuida al crimen organizado. Si bien el poderío de los grupos armados juega un papel relevante, en 2024 existen razones políticas detrás de los crímenes, recalcan diversos medios especializados.
Otor punto que destacan los analistas es la inseguridad a la que son sometidos los candidatos a todos los niveles. De acuerdo con diversos informes, a mitad de abril ya más de 270 candidatos políticos en México había solicitado medidas de protección al Estado Federal. Sin embargo, este fenómeno es mucho más evidente en los gobiernos estatales, y es también, un punto en el que las candidatas presidenciales Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez tienen posturas muy diferentes.