Llegó el día. Para muchos el sexenio se hizo largo, pero desde este Primero de Octubre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quedó -ahora sí de manera oficial- a un lado de la política en México, para ceder el lugar a su protegida, Claudia Sheinbaum, quien asume este martes como la primera mujer presidenta en 200 años de República.
AMLO ha dicho que se retira de la vida pública. De hecho, ya renunció a su militancia con Morena. Y, al parecer, los próximos años de su vida serán dedicados a la escritura y a la investigación. Para algunos, será él quien gobierne “a la sombra”. Para otros, Sheinbaum no es algo demasiado diferente a lo que la nación vivió en los últimos años.
Sea como fuere, es ella quien, desde este minuto, ofrecerá su rostro a la vida política de México. Suya serán las glorias y suyos también los fracasos. Además, lo que recibe de su predecesor no es, ni mucho menos, un camino de rosas. Altos índices de violencia, desapariciones, y una gran polarización son algunos de los problemas más acuciantes.
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México: ¿Qué esperar de Claudia Sheinbaum?
La exjefa de gobierno de la Ciudad de México ya prometió guardar el legado de AMLO. Con lo cual, parece comprometerse con el polémico y ambicioso proyecto de transformación del ya ex-mandatario. Aún así, también ha intentado sembrar la idea de que tiene su agenda propia y de que sus pretensiones van más allá de la visión de su “padrino” político.
Según expresó el analista político Eduardo Higuera a la cadena CNN, “es muy emocionante que Sheinbaum sea la primera mandataria de este país”, pero muy “desalentador” que llegue en las circunstancias actuales y con un discurso de continuar con la política de López Obrador.
“No será fácil deslindarse fácilmente de la cultura política obradorista. Las frases, el planteamiento del bien contra el mal o de los conservadores contra los liberales, de la transformación contra el PRI y los neoliberales, no va a ser fácil porque las bases de Morena están acostumbradas a responder a ese discurso”,