Sobreviven los hijos y mueren las madres. Esa es la lectura más cruda de las recientes estadísticas de Salud difundidas por la prensa oficial en las noticias de Cuba. Al cierre del 2024 la tasa de mortalidad infantil se mantuvo en 7.1 por cada mil nacidos vivos. No obstante, la tasa de mortalidad materna en igual periodo fue de 40.6, contra la de 38.7 que se obtuvo en 2023.
Al decir de la Organización Mundial de la Salud las mujeres mueren de complicaciones durante o tras el embarazo o el parto. La mayoría de estas aparecen durante el proceso de gestación y son, casi siempre, prevenibles o tratables. En tanto, otras existían ya antes del embarazo, pero se agravan durante el período, en especial si no se tratan como parte de la atención a la mujer.
El organismo identifica entre las principales complicaciones, causantes de alrededor del 75% de todas las muertes maternas, las hemorragias graves (mayoritariamente, tras el parto), las infecciones (generalmente, tras el parto), la hiperpresión arterial durante el embarazo (preeclampsia y eclampsia), las complicaciones en el parto y los abortos peligrosos.
“La mortalidad materna constituye un tema poco estudiado en nuestro país, un dato bien conocido es que es un indicador que progresa lentamente y que se resiste a entrar en un proceso de declinación sostenida como lo ha hecho, por ejemplo, la mortalidad infantil”. Así escribió la investigadora cubana Maydeé Vázquez Padilla, en un artículo del año 2020.
En el texto Mortalidad materna en Cuba, la académica refleja que, tras una significativa contracción de las cifras en las décadas de los 80 y 90, cuando se lograron tasas inferiores a 40 por cada 100 000 nacidos vivos, el comportamiento en las dos primeras décadas de los 2000 -con un promedio de 43,3 por cada 100.000 nacidos vivos- se ha estancado.
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Noticias de Cuba ¿Cómo se explican las cifras de muerte materna en Cuba?
La producción científica asume la “muerte materna” como el fallecimiento de una mujer mientras está embarazada o en los 42 días posteriores al término de su embarazo, por cualquier causa vinculada o agravada por la gestación o por su manejo, pero no por causas accidentales o incidentales. El análisis al respecto es multicausal. Sin embargo, en la actualidad hay realidades evidentes que influyen en este sentido.
En los últimos años el país ha padecido una escasez sostenida de todo tipo de medicamentos e insumos médicos. Y, si bien se ha intentado priorizar al Programa de Atención Materno Infantil, es indudable que no existen ni siquiera los mínimos recursos para una adecuada atención a las gestantes y a sus bebes.
A eso se adiciona el desplome de personal calificado. Solo en 2023 más de 40 000 trabajadores abandonaron el sector de la Salud según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. Para 2024 aun no hay cifras oficiales, pero, si se tienen en cuenta las condiciones del país, es fácil inferir que la tendencia en este sentido es la misma.
Por otra parte, las noticias de Cuba han reflejado la escasez de alimentos en el archipiélago durante los últimos años. Algo que, como es lógico, impide la adecuada alimentación de cualquier residente. Pero, sobre todo, de quienes necesitan una nutrición especial, como es el caso de las mujeres embarazadas.
Así, la supervivencia es casi un milagro.
🩺2024: un año de muchos retos para el Programa de Atención Materno Infantil en Cuba
— Ministerio de Salud Pública de Cuba (@MINSAPCuba) January 3, 2025
⚕El compromiso del @MINSAPCuba y los trabajadores del sector, ha sido y será siempre, el de poner la salud de nuestro pueblo en el centro de nuestras prioridades.
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