En medio de una de la peor crisis económicas de las últimas décadas, la Mayor de las Antillas se ha embarcado en una compleja estrategia para intentar reactivar su economía. De acuerdo a las noticias de Cuba, tras meses de anuncios y cambios, el gobierno implementó (ahora de manera oficial) dos medidas clave: la dolarización parcial y el establecimiento de un régimen cambiario flotante.
Ya en julio de este año los funionarios del país habían divulgado un paquete de medidas que incluía la dolarización como vía para recuperar el valor del peso cubano. Seis meses después, el Primer Ministro ha reiterado esta propuesta, ampliando los sectores que operarán en divisas, como el turismo, las farmacias y los aeropuertos.
La idea es reactivar el flujo de divisas que, según los dirigentes, se mantienen fuera del control estatal. Sin embargo, la contradicción surge cuando se ratifica la política de avanzar en la desdolarización, lo que sugiere que la dirección del país busca controlar el mercado informal de divisas que ha tenido un gran impacto en la economía cubana.
Paralelamente, el régimen cambiario flotante implica, al menos desde la visión gubernamental, una mayor flexibilidad en el tipo de cambio. Según los expertos, esto permitirá que el valor de la moneda se ajuste de manera más natural a las condiciones del mercado, con la posibilidad de intervenciones ocasionales para estabilizar la divisa.
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Noticias de Cuba: ¿Cambio significativo?
Actualmente la tasa oficial de cambio es de 120 pesos cubanos por un dólar, mientras que en el mercado informal se mueve alrededor de 320 pesos. Con la entrada en vigor del tipo de cambio flotante, se espera que puedan producirse fluctuaciones en los valores de las divisas. No obstante, lo que si está claro es que las medidas llegan en un momento crítico para la economía cubana, con una inflación interanual que alcanzó el 28% a finales de octubre.
En tanto, los intentos del gobierno por lograr una estabilización económica no han dado los resultados esperados, y los cubanos aspiran a mejorías concretos que les brinden algo de alivio tras años marcado por la debacle socioeconómica de la nación. La dolarización parcial y el régimen cambiario flotante representan un cambio significativo en la política económica cubana, pero su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para implementarlas de manera efectiva y coordinada.