En una declaración conjunta, seis obispos católicos de diócesis cercanas a comunidades pesqueras de Filipinas, instaron a su gobierno a tomar medidas enérgicas contra los buques chinos que acosan a los pescadores filipinos. Estos líderes religiosos respaldan la acción internacional para frenar lo que consideran una «ocupación forzada» de las zonas marítimas filipinas por parte de China. A su vez, destacaron la destrucción generalizada de los arrecifes de coral, santuarios marinos y hábitats marinos, así como el impacto devastador en la vida de los pescadores filipinos.
Los líderes católicos advirtieron sobre las políticas de apaciguamiento, que solo han fortalecido a China, permitiendo que sus buques intimiden a los pescadores filipinos. De igual forma, la declaración enfatizó que buscar la paz no implica permitir que los pescadores filipinos sufran injustos abusos. Algo que se evidencia cuando, muchas veces, son expulsados de las áreas de pesca que les corresponden, según el derecho internacional.
«Antes de la ocupación forzada de nuestras zonas marítimas, los pescadores no tenían que ir muy lejos para poder cosechar las riquezas del mar que proporcionaban para sus necesidades y las de sus familias. Ahora, los pescadores filipinos tienen que arriesgar sus vidas aventurándose lejos en el mar abierto solo para llevar a casa sus capturas», afirmaron.
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Obispos católicos exigen protección para pescadores ante la agresión de China
En su exhortación pastoral conjunta subrayaron la importancia de agotar todos los medios legales para proteger los recursos marinos de Filipinas. Además, señalaron que, si los esfuerzos diplomáticos actuales no son suficientes, es necesario recurrir a la ayuda de aliados internacionales para lograr su objetivo.
Esta declaración se produce en un momento en el que la Guardia Costera de Filipinas ha aumentado su documentación de los acosos chinos a los buques filipinos. Así como ha fortalecido la cooperación con otros países, como Estados Unidos, Japón, Australia, Corea del Sur y Alemania.
La postura firme de la Iglesia católica filipina en defensa de los pescadores y los recursos marinos del país resuena como un llamado a la acción en medio de la creciente tensión en las aguas disputadas. De esta manera los obispos dejaron claro que las palabras no son suficientes. Por lo que se necesita una acción decidida para proteger lo que les pertenece a los filipinos.