Epic es una empresa proveedora de sistemas de información de salud que ha ganado reconocimiento en la industria. Sin embargo, también ha sido objeto de críticas y preocupaciones por parte de ejecutivos y CEOs debido a su posición dominante en este sector. Sobre todo en Estados Unidos, Canadá y América Latina. Según un artículo de Forbes, se han identificado siete pecados anticompetitivos que se atribuyen a Epic, por lo que analizaremos dos de ellos.
El primero de estos pecados es el mercado de la innovación. Epic, al ser una empresa privada, tiene la libertad de anunciar productos y hojas de ruta mucho antes de que estén disponibles. Esto puede generar una congelación del mercado, ya que los clientes de Epic esperan esos productos futuros y no buscan soluciones alternativas en el presente. Esta práctica sofoca la innovación, ya que retrasa la adopción de nuevas soluciones que podrían beneficiar a los pacientes y a la industria de la salud en general.
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Epic: Un monopolio sanitario en Estados Unidos
El segundo pecado es el uso de la manipulación vertical y colusión. Epic ha establecido relaciones beneficiosas con los CIOs de los hospitales y líderes de TI, convirtiéndolos en actores clave en la toma de decisiones relacionadas con la adopción de software. Esto ha llevado a una situación en la que Epic, a través de su comunidad de usuarios, ejerce un control significativo sobre los esfuerzos de innovación en los hospitales. Además, dado que muchos hospitales no operan en un mercado competitivo, la relación estrecha entre Epic y los CIOs plantea preocupaciones de política antimonopolio. Ya que los consumidores no tienen opciones reales cuando se trata de la atención hospitalaria.
Dichos pecados anticompetitivos, según Forbes, plantean interrogantes sobre la equidad en la industria de la salud. Los ejecutivos y CEOs destacan la efectividad de las estrategias comerciales de Epic para posicionarse como líder de este mercado. Pero a su vez, también buscan igualdad de condiciones y transparencia en las prácticas de la empresa.
En un sistema de salud que afecta a millones de estadounidenses, es crucial abordar estas cuestiones para garantizar la libre elección de los hospitales y los CIOs en la selección de proveedores de software y fomentar la competencia que impulse la innovación en beneficio de los pacientes.