Sarah Rose Hanbury, la marquesa de Cholmondeley, sabe bien lo que es estar bajo el escrutinio de la prensa y el público en general. La ex modelo y aristócrata británica fue titular de varias publicaciones alrededor del mundo cuando rumores de un supuesto romance con el Príncipe William salieron a la luz. Estos, que vienen circulando desde 2019, no llegaron a comprobarse, pero ello no impidió que la reputación de la noble se viera dañada en el proceso.
Hanbury, sin embargo, disfruta mayormente de una existencia tranquila al cuidado de sus 3 hijos con su esposo, el 7mo márquez de Cholmondeley, David Rocksavage. En tanto, tras su matrimonio y cerrar las puertas al modelaje, su principal ocupación es la de administrar el vastísimo patrimonio con que cuentan. Y es que la fortuna de Rose Hanbury es una extremadamente conaiderable. Mientras que los ingresos individuales tras su carrera y relaciones de su familia materna le otorgan un valor neto de entre 1 y 5 millones de euros, la riqueza asociada a su matrimonio es de más de 100 millones.
Esta fortuna, que incluye estados y bienes raíces, eleva a los Cholmondeley como una de las familias de la aristocracia británica más ricas. Por otra parte, Rose Hanbury, rumores de infidelidad aparte, está considerada como parte del “círculo cercano” de los príncipes de Wales, lo que aumenta su notoriedad dentro de la élite monárquica de Inglaterra.
Rose Hanbury: Polémica en torno a parte de su fortuna
Si bien el patrimonio de los Cholmondeley es envidiable, no ha estado tampoco lejos de la polémica. Hace solo unos meses atrás, en medio del punto más álgido de los rumores de un supuesto romance entre William y Rose Hanbury, el perfil público de la marquesa aumentó. Ello trajo como consecuencia que cientos de personas y medios repasaran algunos de los artículos publicados en torno a la aristócrata. En varios de estos, usuarios de las redes señalaron que el mobiliario de su residencia en Houghton Hall es muy parecida a piezas chinas saqueadas durante la dinastía Qing.
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No tardaron en aparecer entonces los puntos que conectaran a los ancestros del esposo de Rose Hanbury, los Sassoons, con la procedencia dudosa de estos bienes. De acuerdo con algunos historias, la familia, una de las más prominentes en el mundo del comercio de artículos y piezas de arte, poseía una impactante colección artística tanto por compra como por contrabando.