Rusia y Ucrania siguen en guerra. Parece una obviedad escribirlo, pero cuando los conflictos en el medio oriente acaparan las miradas del mundo, el resto de las batallas tienden a olvidarse. Sin embargo, la realidad demuestra que siguen ahí, sin siquiera con una fecha para el alto al fuego.
Cuando Rusia decidió atacar, los admiradores del Kremlin suponían una victoria rápida y fácil. Una narrativa que, tras bambalina, también se vendía desde Moscú. Sin embargo, lo cierto es que, ni una cosa ni la otra. Dos años cumplidos ya han sido demasiado para quienes los han sufrido, y ningún experto se atreve a predecir que el fin está cerca, más bien, todo lo contrario.
En febrero de este año el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reconocía que su país se encontraba «en su momento más difícil». Además, admitió, por primera vez, que la cifra de sus soldados fallecidos en la guerra superaba los 31.000. No obstante, para el otro lado no ha sido “poco” el saldo en ese sentido.
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Rusia: Los soldados caídos tras la decisión de Putin
“El número de militares rusos muertos en Ucrania ha superado ya la marca de 50.000, según puede confirmar la BBC. En los segundos 12 meses en la línea del frente, mientras Moscú impulsaba su llamada estrategia de «picadora de carne», descubrimos que el número de cadáveres era casi un 25% mayor que en el primer año”, reseña el rotativo inglés. Al decir del medio, el término “picadora de carne” se ha utilizado para describir la forma en que Moscú envía oleadas de soldados para tratar de desgastar a las fuerzas ucranianas y exponer sus ubicaciones a la artillería rusa.
No obstante, el medio admite que estas cifras pudieran no ser del todo precisas. Algo que tiene que ver, también con que ni Ucrania ni Rusia han publicado balances oficiales al respecto. Para «justificar» el silencio en este sentido el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, recurrió a la “ley sobre los secretos de Estado”.