Cuba se encuentra inmersa en una profunda crisis económica. Para muchos analistas, e incluso, para quienes vivieron la dura situación de los 90, conocida de manera eufemística como periodo especial, la realidad del país, hoy, es mucho peor que en aquellos años inolvidables.
Para enfrentar este adverso contexto nacional, muchas cubanas y cubanos solo han encontrado una opción. Emigrar del país se ha vuelto la vía de escape más común, entre quienes tienen algún recurso para hacerlo. Todos salen tras un futuro, porque en la isla, repiten, no alcanzan a ver “la luz al final del túnel”.
Hasta hace muy poco tiempo Cuba acaparaba los titulares del mundo debido a las largas filas de nacionales que migraban ilegalmente. Nicaragua se convirtió en el puente a través del cual trataban de acceder a un mundo mejor. Sin embargo, no todos llegaban a su destino. Para algunos el sueño americano o la huida de Cuba representó la muerte.
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¿Cuba se queda vacía?
Los fallecidos en el Río Bravo y las duras travesías de los cubanos eran el tema común en redes sociales. Cuba, decían, está viviendo un “segundo Mariel”. Sin embargo, las salidas ilegales no son las únicas vías de “escape”.
El sector profesional de Cuba, sobre todo joven, persigue una alternativa “más segura”. Las becas de estudio o los contratos de trabajo han permitido salir de Cuba a muchísima fuerza de trabajo calificada.
No obstante, no solo los más jóvenes desean partir. Gente de todas las edades prefiere asumir el dolor de la partida. Eso, antes de la incertidumbre de lo que pueda ocurrir en la nación, como consecuencia de tantas penurias.
El profesor Amilcar Perez Riverol desde sus perfil en Facebook coloca las cifras en contexto. Más de 425 000 cubanos emigraron a Estados Unidos. 36 000 esperan por asilo en México y 18 000 llegaron a Uruguay. Solo aquí –escribe el profesor –sumarían 479 000. “En dos años es como haber vaciado Mayabeque junto a La Isla, y sobra. Catastrófico”.