La compañía norteamericana SpaceX, bajo la tutela del magnate Elon Musk, lanzó ayer con éxito su cohete Starship. Y aunque el despegue de la aeronave más grande de su tipo ocurrió sin percances, no todo fueron buenas noticias.
Antes de su regreso a la tierra, previsto a ocurrir por el Océano Indico, científicos al mando de la misión perdieron comunicación con el cohete. Afortunadamente esta, la tercera prueba de vuelo del prototipo, continuó siendo de tripulación automática.
Aunque la Starship logró elevarse al espacio, en su reentrada al sistema atmosférico terrestre tuvo un deceso abrupto. De acuerdo con los datos obtenidos por los expertos de SpaceX, la velocidad del cohete en su retorno era cinco veces superior a la del sonido. Esto generó una capa de plasma sobrecalentado, que convirtió al Starship en una bola de fuego.
Pese a que la aeronave de 50 metros de largo se desintegró en pedazos, la compañía SpaceX calificó este viaje como “un día bastante exitoso”.
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Aprendizajes de SpaceX con Sartship
El vuelo ocupó algo más de una hora, un tiempo considerablemente mayor en comparación a las dos anteriores pruebas realizadas en 2023. Durante esta trayectoria el Starship se desplazó a unos 160 kilómetros de altura y a una velocidad de más de 26.000 km/h.
Igualmente se logró cumplir con algunas de las pruebas planificadas para esta misión. Entre ellas el abrir y cerrar las puertas de la nave y transferir combustible de un tanque hacia otro. Eso sin obviar que las cámaras a bordo captaron impresionantes imágenes del planeta. En tanto los científicos pudieron obtener datos para continuar perfeccionando el modelo.
SpaceX pretende realizar más testeos este mismo año, según refirieron algunos medios. Ello indica que la meta de transportar a los astronautas de la NASA de vuelta a la luna, tras más de 50 años del histórico suceso, se mantienen. Así mismo está entre los objetivos de la compañía SpaceX convertir los vuelos interplanetarios en una realidad.
