Ante el creciente desafío de la saturación carcelaria y el aumento de la violencia asociada a bandas criminales, el Gobierno de Suecia ha comenzado a explorar soluciones innovadoras. Entre ellas, la posibilidad de enviar reclusos a cumplir sus condenas en cárceles en el extranjero. Respecto a esto, el ministro de Justicia, Gunnar Strömmer, anunció, en una reciente rueda de prensa, que ya se han iniciado conversaciones para alquilar celdas en otros países.
Este anuncio llega tras la conclusión de una comisión parlamentaria que determinó que no existen obstáculos legales para el traslado de reos fuera de Suecia. Durante las últimas dos décadas, el país ha visto un aumento alarmante en la violencia. Convirtiéndose así, en uno de los países con la tasa más alta de homicidios por armas de fuego en la Unión Europea. Con solo 11,000 camas disponibles actualmente, se estima que Suecia necesitará aproximadamente 27,000 para 2033.
«Es necesario trabajar con nuevas soluciones para el Servicio de Prisiones y Libertad Condicional,» declaró Strömmer. Subrayando de esta manera , la urgencia de abordar el colapso del sistema penitenciario. En tanto, aunque no se mencionaron países específicos, informes sugieren que Estonia podría ser uno de los destinos que el gobierno considera para los reclusos.
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¿Hasta dónde pueden llegar los reclusos de Suecia?
El traslado de presos se limitaría a naciones de la Unión Europea, así como a Noruega, Islandia y Liechtenstein. Según el jefe de la comisión, Mattias Wahlstedt, los reclusos no podrán negarse a ser trasladados, aunque se tendrán en cuenta factores como la existencia de familiares en Suecia. Sin embargo, los menores de 18 años, los condenados por terrorismo y aquellos en tratamiento psiquiátrico no serán sujetos a esta medida.
Esta estrategia se enmarca dentro de un pacto de gobierno entre partidos de derecha que buscan aliviar la carga del sistema penitenciario. A pesar de los esfuerzos de la policía sueca, que han mostrado una ligera disminución en los tiroteos mortales, la violencia sigue siendo un problema significativo, con un aumento notable de los atentados con explosivos en las áreas metropolitanas.
La propuesta sueca no es única en Europa; Dinamarca también está considerando trasladar a presos extranjeros a Kosovo, aunque por ello ha enfrentado críticas de organizaciones de derechos humanos.
