Ser mujer en una sociedad machista y patriarcal, como lo es México, resulta difícil, pero…ser mujer en la vida política de la nación azteca es un reto en mayúsculas. Si encima se es estandarte de una agenda «un tanto radical» y «alejada de lo populista», el desafío se duplica. Quizá por ello diversos medios remarcan la valentía como uno de los principales rasgos de la candidata opositora a la presidencia de ese país, Xóchitl Gálvez.
La empresaria de 61 años es, además, una representante de esa minoría que logra dar un giro de 360 grados a su origen humilde. De hecho, es esta una de las aristas que más ha explotado durante su campaña, llegando a prometer impulsar igualdad de oportunidades de superación para las comunidades indígenas.
No obstante, hay algo que no queda del todo claro con Xóchitl Gálvez, y es su línea política oficial. Su respaldo está conformado tanto de derecha como de izquierda, todos bajo la coalición Fuerza y Corazón por México. Y tal vez este elemento, además del endorsamiento de AMLO a Claudia Sheinbaum, le pasa factura. No por gusto figura como la potencial perdedora en las elecciones de este 2 de junio.
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Xóchitl Gálvez: El riesgo de no tener un frente definido
La máxima de esta ingeniera formada en la UNAM es una, luchar con mano dura contra la criminalidad y la violencia en México. Sin embargo, en otros temas de impacto, como son las políticas sociales, para muchos no está clara aún su postura. Por otro lado, es fiel promotora de la privatización de algunas empresas y apuesta por el sector privado para el desarrollo de la economía. Este punto no pocos lo interpretan como sinónimo de políticas neoliberales a solo una firma de ser puestas en acción.
Aunque Xóchitl Gálvez se describe como la candidata del pueblo y su forma de hablar desenfadada y vestimenta colorida así lo anuncian, no termina por convencer a todos. Así lo indicaron las más recientes encuestas. Mientras que muchos mexicanos ven en la ex senadora un ejemplo a seguir, otros mantienen sus recelos con respecto a sus propuestas de salir electa en los comicios.
Más allá de lo que pueda suceder en las urnas el próximo domingo, tanto Xóchitl Gálvez como Claudia Sheinbaum están haciendo historia en su país. Por vez primera, México tendrá a una mujer en el mandato y ello, ya sea que responda a ideologías de derecha o izquierda, ofrece un nuevo matiz al entramado político nacional.