Las negociaciones entre el gobierno de Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) parecen la historia sin fin. En la actualidad los convenios entre ambas partes persiguen no uno, sino dos propósitos claves. Por un lado, concluir la octava revisión del acuerdo derivado del millonario préstamo otorgado en 2018. Por otro, funcionarios de los ministerios de Economía, Finanzas y el presidente del Banco Central argentino esperan destrabar un desembolso de 800 millones de dólares.
Con este fin la comitiva partió este 7 de mayo para Washington, donde permanecerán toda la semana. Uno de los objetivos clave de concretar el desembolso es aliviar las reservas nacionales, seriamente afectadas tras el desembolso de 1.900 millones de dólares la pasada semana y 600 millones este lunes. Ello como parte del pago del crédito asumido por Argentina durante la presidencia de Mauricio Macri, que ascendió a los 45 mil millones de dólares.
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Argentina intenta levantarse con el FMI
Aunque todo indica que no habrá problemas para que Argentina tenga acceso a este desembolso, desde el FMI hacen algunas exigencias. El organismo bancario internacional ha reconocido en diversas instancias el avance del programa económico de Argentina. No obstante instó a una mejor gestión con vistas a atender las crisis sociales que se han desatado en la nación.
Problemas como el desempleo, los actuales recortes a los programas de educación superior pública, la poca capacidad adquisitiva de los salarios ante la creciente inflación y las jubilaciones y pensiones son problemáticas que han impactado mucho a Argentina en los últimos años. Pese a las críticas al gobierno de Javier Milei, el país suramericano logró alcanzar los objetivos -fiscales y de acumulación de reservas- del primer trimestre del año, las primeras que corresponden enteramente a la gestión de del mandatario.