El clima político en Bolivia continúa tensándose y con ello, la crisis social que detonó entre los seguidores de Evo Morales y las fuerzas del orden del gobierno de Luis Arce. De hecho esta semana marcó la cuarta de forma consecutiva en que los bloqueos a carreteras y enfrentamientos con autoridades constituyen la “nueva normalidad”. En tanto, las versiones sobre el origen de estas manifestaciones difieren mucho entre un bando y otro.
El expresidente Evo Morales aseguró que las protestas de los cocaleros fueron totalmente espontáneas ante la persecución política hacia su persona. Además expresó públicamente su llamado a la contención para evitar una mayor escalada. Sin embargo, la postura oficialista defendida, por el ministro de Gobierno del país andino, Eduardo del Castillo, es que el líder indígena está promoviendo el derramamiento de sangre en defensa de sus intereses.
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Lo cierto es que más allá del motivo, la realidad imperante es el desabastecimiento de alimentos y combustible en Cochabamba y otras ciudades como Potosí y Oruro. A la par, seguidores de Morales mantienen la toma sobre una unidad militar y rechazan cualquier diálogo en tanto no se eliminen los cargos por estupro y trata de personas contra el ex mandatario.
Bolivia: continúa el caos social
De acuerdo con el gobierno de Arce, los bloqueos promovidos por Evo Morales buscan desestabilizar la democracia de Bolivia. No solo se regsitran hasta el momento pérdidas millonarias para varias empresas y sectores, sino que el transporte de todo el país también se ha visto sumamente afectado. Mientras tanto, el movimiento cocalero sigue sumando demandas a su lista. Para los bolivianos afines a Morales urge una solución a la situación económica del país. Así como el respeto a una candicandidatura presidencial abierta y transparente.
En medio de este contexto Evo Morales ha optado por una huelga de hambre. Su objetivo principal es presionar al gobierno al diálogo sobre demandas políticas y económicas. No obstante autoridades oficialistas aseguran que se trata de una estrayegia para llamar la atención de la comunidad internacional.