Las intensas lluvias continúan siendo una amen**a para el sur de la Florida, Estados Unidos. Por cuarto día consecutivo, las fuertes precipitaciones auguran serias inundaciones tanto en carreteras como al interior de las viviendas. En tanto, estar en el máximo nivel de riesgo de lluvias excesivas por varias jornadas, es un tema que preocupa a especialistas debido a su rareza.
Según datos del Centro de Predicción Meteorológica norteamericano, los días de alto riesgo de lluvia tienen una muy escasa ocurrencia anual. No obstante, representan más del 80 por ciento de todos los daños causados por inundaciones. Además a este fenómeno se asocian más de un tercio de todas las muertes por inundaciones registradas en Estados Unidos.
Los condados de Broward, Collier, Lee, Miami-Dade y Sarasota fueron declarados bajo emergencia por el gobernador de la Florida, Ron DeSantis. Ello implicó que cerca de 8 millones de personas se encuentren bajo estado de alerta. Mientras tanto, las peligrosas inundaciones han frenado las operaciones de centros educativos, aeropuertos y carreteras interestatales.
Estados Unidos bajo el asedio de las lluvias
Los reportes de las autoridades meteorológicas de Estados Unidos indican que han caído entre 200 y 500 mm de lluvia en diferentes áreas del estado de la Florida. Por otro lado, al no ceder las precipitaciones, las aguas de las inundaciones no tienen tiempo de retroceder por completo y ello agrava la situación de algunas comunidades.
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Ante este complejo escenario, funcionarios locales han aconsejado permanecer en las viviendas. En tanto, para aquellos obligados a trasladarse de lugar, apuntan a que la más importante medida de prevención es evitar conducir a través de aguas turbias. Desde el pasado miércoles 12 el servicio meteorológico de Miami hizo un aviso bastante serio a través de su cuenta en X.
“Se están produciendo inundaciones que ponen en riesgo la vida. Por favor manténganse alejados de las carreteras y acudan a tierras más altas”. Así indicaron a los ciudadanos ante una situación que debe prolongarse hasta el fin de semana en Estados Unidos.
