Con 81 años y tres y medio después de llegar al despacho oval, Joe Biden quiere «terminar el trabajo». Sin embargo, sus aspiraciones de mantenerse en la presidencia se perciben cada vez más lejanas. Máxime, después de su desastrosa participación en el primer debate electoral, celebrado el pasado 27 de junio.
Biden se presentó lento, confuso y con pocas ideas. Y, si bien logró recuperar algo de ritmo en el tramo intermedio y final, ya era tarde para rescatar su imagen. El pánico se había desatado, no solo entre los miembros del partido demócrata, sino también entre los votantes estadounidenses. Toda la prensa de su país, y más allá, se hizo eco de un mismo mensaje: el adiós.
No obstante, Biden no ha dado ninguna señal de querer abandonar el barco. De hecho, según reseña RT, el Comité Nacional Demócrata está considerando adelantar para julio la nominación formal del presidente Joe Biden como candidato. Ello –dice el medio– a fin de aplacar las discusiones internas del partido sobre una posible sustitución.
Te puede interesar: Donald Trump LO HIZO DE NUEVO: Otra victoria para el expresidente
Joe Biden tiene «un culpable«
El fracaso del presidente de Estados Unidos frente a Donald Trump fue innegable. Hasta su vicepresidente, Kamala Harris, se vio obligada a reconocer que «fue un inicio lento», en referencia al debate electoral. A ellas unieron otras voces, incluso, del escenario internacional.
«Lo que fue molesto y desagradable es que en el debate expusieron mucho la fragilidad de Biden (…) Tiene un problema, camina más lento, tarda más en responder a las cosas», dijo en una entrevista radial su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Sin embargo, Biden ya tiene un culpable. «No fue muy inteligente viajar alrededor del mundo un par de veces (…) No escuché a mi equipo… y casi me dormí en el escenario» Así explicó su maltrecha aparición en el debate. Una excusa tan frágil como su imagen y que sirve de poco para contrarrestar el amargo sabor que dejó entre los votantes.