¿Qué tan “viejo” se es demasiado “viejo” para asumir un cargo en la vida política de un país? Ese parece ser el nuevo dilema al que Estados Unidos intenta dar respuesta tras la reciente “reaparición” de la legisladora republicana Kay Granger. La congresista de 81 años, prevista a retirarse en enero luego de casi tres décadas de carrera en la Cámara de Representantes, pasó 6 meses completamente fuera del radar. No obstante este hecho, así como su desatención a los 2 millones de votantes de su distrito en Texas, apenas ahora están saliendo a la luz pública.
Según señaló el Dallas Express, fue por medio de un votante que se conoció el paradero de Kai Granger. Supuestamente la legisladora estuvo viviendo en una residencia especializada en el cuidado de personas con “problemas de memoria”. Algo que otro medio local, The Dallas Monrning News confirmó a través de uno de los hijos de la política. Brandon Granger, explicó que su madre se encuentra aún residiendo en una facilidad para adultos mayores en Fort Worth tras experimentar síntomas de demencia.
Ante esta noticia el magnate de las tecnologías, Elon Musk, cuestionó en su cuenta en X la ocurrencia de un incidente de esta magnitud. El millonario, una de las más llamativas adiciones a la gestión del presidente electo Donald Trump, “sugirió” la aplicación de un test cognitivo básico para los optantes por cargos dentro del estado. Una idea nada descabellada teniendo en cuenta el peso de voto legislativo en la toma de decisiones cruciales en la nación.
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Estados Unidos: El declive de Kay Granger
Los problemas de demencia no son nada nuevo en el escenario político estadounidense. De hecho, el inicio de la contienda electoral entre Donald Trump y Joe Biden estuvo muy marcado por los señalamientos al aún presidente. Sin embargo, en el caso de Kay Granger, el ocultar esta afección puede perjudicar mucho más que solo a su persona. En medio del panorama que vive Estados Unidos, con una evidente tendencia al conservadurismo y guiños a los “tradicionales roles de género”, el mal manejo de esta situación por parte de la legisladora y su familia pudiera afectar a otras mujeres en cargos públicos de alto nivel.
Un lado positivo (si acaso) de este suceso, es que ha puesto el foco en la “antigüedad” del liderazgo del país norteamericano. Kay Granger, electa como la primera mujer legisladora por el estado de Texas en 1996, es una de las 23 figuras del Congreso de Estados Unidos con 80 años o más. En tanto, el más longevo de los miembros, el senador Chuck Grassley, ostenta el cargo a sus 91 años.
“La larga ausencia de Kay Granger revela el problema de un Congreso que premia la antigüedad y las relaciones más que los méritos y las ideas. Tenemos una gerontocracia esclerótica. Necesitamos límites de mandato. Necesitamos sacar el “dinero grande” de la política para que una nueva generación de estadounidenses pueda postularse y servir”. Así escribió en X el representante democráta por California Ro Khanna.
WHOA! THIS SHOULD BE CONSIDERED FRAUD
— Christopher Webb (@cwebbonline) December 22, 2024
GOP Rep. Kay Granger (TX-12) has been missing for six months. She was just found by a reporter in a dementia care facility.
Her staff and others have been keeping this a secret from her constituents. So who’s been making these posts? pic.twitter.com/dP5ZqURor6