El gobierno ha traído una novedad a las noticias de Cuba, y es que desde este 12 de septiembre el peso del pan diario que se distribuye por persona como parte de la canasta básica en se ha reducido a 60 gramos, 20 gramos menos de lo habitual. Esta medida, anunciada por el Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal), se ha presentado como una «solución» para enfrentar la escasez de harina que afecta al país.
A pesar de las declaraciones que prometen que la reducción en el gramaje no afectará la calidad, los cubanos perciben esta medida como otro intento del régimen de disfrazar su incapacidad para resolver la profunda crisis económica que atraviesa el país. La escasez de harina, las dificultades logísticas y la constante improvisación son síntomas de un sistema que no logra ofrecer soluciones efectivas y que agrava la situación de una población ya agotada por la falta de alimentos, medicinas y recursos básicos.
El pan, que históricamente ha sido una de las pocas garantías alimentarias, se ha convertido en un símbolo de la crisis. Ahora, el producto de elabotacion nacional, no solo es pequeño, sino de una calidad que deja mucho que desear. La textura gomosa, el sabor agrio y la frecuencia con la que se encuentra mal cocido han sido quejas recurrentes en los hogares cubanos.
En mayo, un escándalo en Las Tunas reveló que el pan se estaba elaborando con harina de mala calidad, provocando que los residentes cuestionaran si contenía arena. Las autoridades explicaron que un cargamento de trigo ruso tenía un alto nivel de impurezas, lo que afectaba gravemente la calidad del producto.
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Noticias de Cuba: Comer, sinónimo de lujo
La situación alimentaria en Cuba es alarmante. Según un informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), el 72% de los cubanos consideran la crisis alimentaria como su principal preocupación, con siete de cada diez ciudadanos dejando de realizar las tres comidas diarias. La comida que una vez fue un derecho básico ahora es un lujo.
En un análisis previo, el OCDH subrayó que los esclavos en Cuba durante los siglos XVIII y XIX tenían una dieta superior en valor nutritivo y más abundante que la de los cubanos actuales. Esta crítica situación alimentaria ha llamado la atención de la comunidad internacional, con organizaciones como UNICEF y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos expresando su alarma por el agravamiento de la inseguridad alimentaria en la isla.
Sin embargo, el régimen cubano continúa realizando festivales de cocina gourmet y eventos que los ciudadanos perciben como un insulto, ya que la mayoría de la población debe hacer «malabares» para poner un plato de comida en la mesa.