Una niña de 13 años fue una de las víctimas fatales del colapso del Sistema Electroenergético Nacional de las últimas jornadas. Según replicaron las noticias de Cuba, la menor, insulinodependiente desde los dos años, falleció tras la administración de una dosis de insulina en mal estado de conservación. Ello resultado directo de la falta de refrigeración que provocaron los apagones.
El portal CubaNet recalcó que el entierro se llevó a cabo este martes en la Habana tras un velorio apresurado y sin aplicársele autopsia. Según reseñó el medio, la niña se desplomó en su hogar, segundos después de la inyección y no llegó viva al hospital. En tanto, en la instalación médica tampoco había servicio eléctrico pero sí represores de la policía revolucionaria para “mantener el orden”.
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Igualmente se conoció que parte del personal sanitario intentó justificar la muerte achacándola a una negligencia familiar. Ante las protestas del padre, la medida fue detenerlo durante algunas horas. El certificado de defunción, finalmente, indicó el empleo del medicamento en mal estado de conservación. Fuera de estos datos poco se conoce respecto al caso. Una amiga de la familia residente en España dio a conocer la noticia ante el miedo de la familia a serias repercusiones si hacían la denuncia pública.
Noticias de Cuba: ¿un país para quién?
El lamentable fallecimiento de la menor habanera viene a engrosar una lista macabra, la de los inciertos destinos de pacientes graves y crónicos de la nación. En instituciones hospitalarias y en los hogares, los pacientes dependientes de ventiladores, monitoreo de signos vitales, bombas de infusión o equipos de aspiración padecieron como nadie las horas da apagón. Quizás muchos de ellos no hayan estado siquiera conscientes del inminente peligro para su vida, pero ello no deja de hacerlo real.
Mientras las noticias de Cuba- las oficialistas-, destacan hoy la labor de los eléctricos en el restablecimiento del sistema, no cuestionan la mala gestión de un régimen que lo dejó llegar a su estado actual. La Cuba de hoy, mientras tanto, es un cuadro de muy pocos matices para su pueblo, sobre todo para quienes no estén físicamente sanos para seguir sosteniéndola.
