En un movimiento que ha suscitado críticas y preocupación, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha decidido extender el bloqueo de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, en el país. Este cierre ha generado un considerable impacto en la comunicación y el acceso a información esencial, según observadores y miembros de la oposición, quienes utilizan esta plataforma para difundir sus mensajes.
A pesar de que la suspensión inicial de 10 días ha expirado, la red social permanece inaccesible para la población en general, excepto a través de redes privadas virtuales (VPN), y presenta intermitencias en la carga de contenido con una de las operadoras locales, limitando la visualización de imágenes, videos y enlaces, según Infobae.
El presidente Maduro justificó esta medida como parte de su campaña contra lo que él describe como «campañas de odio» llevadas a cabo por las redes sociales y plataformas de mensajería, acusándolas de respaldar presuntos intentos de «golpe de Estado» tras su polémica reelección en julio.
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Censura y autocensura en Venezuela
Esta acción ha desencadenado reacciones tanto a nivel nacional como internacional, con críticas hacia el gobierno por restringir el acceso a información y limitar la libertad de expresión en un país donde los medios tradicionales ya enfrentan censura y autocensura.
En este contexto, las redes sociales se han convertido en canales vitales para la difusión de mensajes de la oposición, liderada por figuras como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.
Repecto a ello, expertos como el periodista y activista Melanio Escobar argumentan que estas acciones de censura sólo benefician al gobierno de Maduro, al permitirle manipular la narrativa y dejar a la población «a oscuras». Por su parte, el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, ha minimizado la relevancia de X y a su vez sugierió la entrada de nuevas redes sociales, posiblemente de origen chino.