La Navidad es trágica en la Cuba de Fidel Castro. Fue una de las fiestas religiosas prohibidas en el espacio público (y privado) de la Isla a finales de “los polémicos 60”, cuando el proyecto de una Revolución se encontraba en su período de máximo furor. Todo como parte -además- del enfrentamiento de Castro con la Iglesia Católica, iniciado casi desde el propio año 1959.
Este escenario se complejizó con la confirmación constitucional, en 1976, del ateísmo en Cuba. Con lo cual, se agudizó la persecución política a quienes practicaban la religión. De ahí que los hogares católicos del archipiélago tuvieran que hacer malabares para mantener, al menos, algunas de sus tradiciones.
La obligada apertura religiosa llegó con la visita del papa Juan Pablo II. Una de las condiciones que solicitó la Santa Sede fue rehabilitar el 25 de diciembre como Feriado Nacional. En tanto, el derrumbe del socialismo en la entonces URSS obligó al gobierno a promover otras acciones que simularan ciertas libertades para los cubanos.
Poco a poco la religión católica volvió a ocupar el lugar que tenía, al menos para sus feligreses, y hoy representa uno de los actores con más influencia en el país. Mientras, la Navidad retomó a las iglesias y también a los hogares, para algunos, con el componente espiritual de la religión, para otros, como un pretexto para compartir en familia.
Feliz Navidad
— Mag Jorge Castro🇨🇺 (@mjorgec1994) December 25, 2024
porque si, hasta eso intentaron arrebatarnos a los cubanos… tradiciones que estuvieron prohibidas durante décadas por el régimen comunista y que aún así perduraron en el seno de nuestras familias.
Feliz navidad, que la libertad abrace pronto a nuestra nación.
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La Navidad en Cuba
Aún con el consuelo y las esperanzas que usualmente imprimen las prácticas religiosas a quienes creen en ella, la Navidad de este 2024 estuvo marcada por el contexto de profunda crisis socioeconómica que sufre la nación. Como es habitual, muchas familias estuvieron sin corriente eléctrica, otras, apenas tuvieron comida y el resto vio sus sillas vacías como resultado de un éxodo masivo que ha terminado de partir en dos a las familias cubanas. Con esta realidad no hay nada que presagie un fin de año diferente.
“Las tinieblas de Cuba hoy no son solo materiales, físicas, ambientales, son tinieblas en el alma de los cubanos: la incertidumbre, la desolación, la ofuscación, el andar a tientas sin saber qué está pasando arriba, qué va a pasar mañana, cómo será el cambio, cómo será nuestro futuro”. Así escribió el líder católico Dagoberto Valdés.
En Cuba se han perdido hasta los olores.
— Abuelita tóxica. (@quemaco01) December 24, 2024